Así lo hizo un joven alemán que vive con sus padres en Limbach-Frohnau, que avisó a sus abuelos que iría a verles y tantas eran sus ganas que recorrió los 160 kilómetros acompañado de una amigo de 13 años. Los padres notaron que faltaban tanto el coche como su hijo y avisaron a la policía. Finalmente llegó a Bamberg sin ningún problema, según Metro. Cuando fue con sus abuelos avisaron a los progenitores de su llegada, que pidieron al niño que no cogiese el coche de nuevo.
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