El pasado sábado 6 de septiembre culminó el reto solidario I'MPOSSIBLE365, un proyecto diseñado y ejecutado por el atleta José Manuel López que estaba dividido en dos partes: completar 30 triatlones distancia Ironman consecutivos y realizar 60 Ironman en 365 días.
#3:
Una chica de 38 años, Teresa Farriol, ha muerto de sobre esfuerzo mientras participaba en la ultramaratón Cavalls del Vent, que consiste en cubrir una distancia de 84 kilómetros en menos de 24 horas. La prueba tiene lugar en el parque natural de Cadí-Moixeró, con un desnivel positivo de 6.000 metros.
Más allá de lamentar la trágica noticia, y de acompañar en el sentimiento a los familiares de la víctima, tendríamos que reflexionar sobre lo que significa poner en riesgo nuestras vidas de un modo tan gratuito. Hay un prestigio, siniestro y ridículo, que tienen las pruebas deportivas. Pero el ciclismo, las maratones y las ultramaratones, el motociclismo, etcétera, son absurdos modos de poner nuestras vidas en peligro mucho más que comer productos grasos, grandes embutidos, fumar o beber ginebra o whisky.
Detesto la hipocresía social de criminalizar los grandes placeres y de glorificar esperpénticos ejercicios de esta terrible vanidad que es el culto al cuerpo, tan despreciable intelectualmente, y tan estéril. Las normas de lo políticamente correcto las dictan siempre capados e impotentes, seres sumidos en una profunda infelicidad que pretenden que todos estemos tan tristes como ellos para que así les resulte más llevadera su miseria, y ninguna comparación les hiera.
Esta chica no ha muerto: se ha matado. La prueba deportiva en la que participaba tiene mucho más de muerte que de vida y es un desprecio minucioso y exhaustivo de los dones de la Creación. La vida no es un regalo, es un don. Y tenemos no el derecho sino el deber de estar a altura de las circunstancias y de intentar hacer de ella algo pletórico y generoso.
Organizar salvajadas como las del Cavalls del Vent con la complicidad silenciosa de tanta gente, dice muy poco de nuestra Humanidad y de nuestra sensatez. Es espantoso y deprimente vivir entre bárbaros tan dispuestos a acabar con todo: empezando por la misma vida, poniéndola tan grotescamente en riesgo.
Una chica de 38 años, Teresa Farriol, ha muerto de sobre esfuerzo mientras participaba en la ultramaratón Cavalls del Vent, que consiste en cubrir una distancia de 84 kilómetros en menos de 24 horas. La prueba tiene lugar en el parque natural de Cadí-Moixeró, con un desnivel positivo de 6.000 metros.
Más allá de lamentar la trágica noticia, y de acompañar en el sentimiento a los familiares de la víctima, tendríamos que reflexionar sobre lo que significa poner en riesgo nuestras vidas de un modo tan gratuito. Hay un prestigio, siniestro y ridículo, que tienen las pruebas deportivas. Pero el ciclismo, las maratones y las ultramaratones, el motociclismo, etcétera, son absurdos modos de poner nuestras vidas en peligro mucho más que comer productos grasos, grandes embutidos, fumar o beber ginebra o whisky.
Detesto la hipocresía social de criminalizar los grandes placeres y de glorificar esperpénticos ejercicios de esta terrible vanidad que es el culto al cuerpo, tan despreciable intelectualmente, y tan estéril. Las normas de lo políticamente correcto las dictan siempre capados e impotentes, seres sumidos en una profunda infelicidad que pretenden que todos estemos tan tristes como ellos para que así les resulte más llevadera su miseria, y ninguna comparación les hiera.
Esta chica no ha muerto: se ha matado. La prueba deportiva en la que participaba tiene mucho más de muerte que de vida y es un desprecio minucioso y exhaustivo de los dones de la Creación. La vida no es un regalo, es un don. Y tenemos no el derecho sino el deber de estar a altura de las circunstancias y de intentar hacer de ella algo pletórico y generoso.
Organizar salvajadas como las del Cavalls del Vent con la complicidad silenciosa de tanta gente, dice muy poco de nuestra Humanidad y de nuestra sensatez. Es espantoso y deprimente vivir entre bárbaros tan dispuestos a acabar con todo: empezando por la misma vida, poniéndola tan grotescamente en riesgo.
#3 ¿Exactamente de qué murió?, ¿qué se entiende por sobre esfuerzo? Este tipo de pruebas son esfuerzos de larga duración pero de una intensidad muy controlada. Más que físico lo que hay que tener es cabeza para aguantar y no rendirse, pero si tu cuerpo dice basta no será tu corazón el que falle, simplemente tus músculos estarán tan fatigados que empezarás a sufrir calambres que te imperdirán continuar.
Si esta chica murió lo más probable es que fuera de algo ajeno a la prueba en sí. Y comparar el riesgo del motociclismo con el de un maratón ya es de traca.
#3 ¿Pero tu lees habitualmente a Sotres?.¿siempre tiene razón?
Te acompaño en el sentimiento.
Me encantaría que alguien analizara la esperanza de vida entre la gente que hace pruebas de ultrafondo, comparandolas con las de la población en general, seguramente el Sotres se llevaría alguna sorpresa, o bueno, tal vez no, porque es un troll que lo único que quiere es sembrar la polémica.
Y ojo, que si fuera solo por este artículo no lo diría, que es de los mas comedidos y al fin y al cabo es la respetable opinión de mucha gente, pero este hombre ha soltado cada payasada de cuidado.
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Una chica de 38 años, Teresa Farriol, ha muerto de sobre esfuerzo mientras participaba en la ultramaratón Cavalls del Vent, que consiste en cubrir una distancia de 84 kilómetros en menos de 24 horas. La prueba tiene lugar en el parque natural de Cadí-Moixeró, con un desnivel positivo de 6.000 metros.
Más allá de lamentar la trágica noticia, y de acompañar en el sentimiento a los familiares de la víctima, tendríamos que reflexionar sobre lo que significa poner en riesgo nuestras vidas de un modo tan gratuito. Hay un prestigio, siniestro y ridículo, que tienen las pruebas deportivas. Pero el ciclismo, las maratones y las ultramaratones, el motociclismo, etcétera, son absurdos modos de poner nuestras vidas en peligro mucho más que comer productos grasos, grandes embutidos, fumar o beber ginebra o whisky.
Detesto la hipocresía social de criminalizar los grandes placeres y de glorificar esperpénticos ejercicios de esta terrible vanidad que es el culto al cuerpo, tan despreciable intelectualmente, y tan estéril. Las normas de lo políticamente correcto las dictan siempre capados e impotentes, seres sumidos en una profunda infelicidad que pretenden que todos estemos tan tristes como ellos para que así les resulte más llevadera su miseria, y ninguna comparación les hiera.
Esta chica no ha muerto: se ha matado. La prueba deportiva en la que participaba tiene mucho más de muerte que de vida y es un desprecio minucioso y exhaustivo de los dones de la Creación. La vida no es un regalo, es un don. Y tenemos no el derecho sino el deber de estar a altura de las circunstancias y de intentar hacer de ella algo pletórico y generoso.
Organizar salvajadas como las del Cavalls del Vent con la complicidad silenciosa de tanta gente, dice muy poco de nuestra Humanidad y de nuestra sensatez. Es espantoso y deprimente vivir entre bárbaros tan dispuestos a acabar con todo: empezando por la misma vida, poniéndola tan grotescamente en riesgo.
Salvador Sostres siempre tiene razón
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/guantanamo/2012/10/01/desperdiciar-la-vida.html
#3 ¿Exactamente de qué murió?, ¿qué se entiende por sobre esfuerzo? Este tipo de pruebas son esfuerzos de larga duración pero de una intensidad muy controlada. Más que físico lo que hay que tener es cabeza para aguantar y no rendirse, pero si tu cuerpo dice basta no será tu corazón el que falle, simplemente tus músculos estarán tan fatigados que empezarás a sufrir calambres que te imperdirán continuar.
Si esta chica murió lo más probable es que fuera de algo ajeno a la prueba en sí. Y comparar el riesgo del motociclismo con el de un maratón ya es de traca.
#5 Teresa Farriol era una experimentada corredora de fondo y murió en esa prueba (que conocía perfectamente) por una hipotermia.
#5 murió de gilipollez aguda
#3 ¿Pero tu lees habitualmente a Sotres?.¿siempre tiene razón?
Te acompaño en el sentimiento.
Me encantaría que alguien analizara la esperanza de vida entre la gente que hace pruebas de ultrafondo, comparandolas con las de la población en general, seguramente el Sotres se llevaría alguna sorpresa, o bueno, tal vez no, porque es un troll que lo único que quiere es sembrar la polémica.
Y ojo, que si fuera solo por este artículo no lo diría, que es de los mas comedidos y al fin y al cabo es la respetable opinión de mucha gente, pero este hombre ha soltado cada payasada de cuidado.
#3 Que este señor hay escrito este párrafo corrobora mi teoría de que hasta un reloj averiado te da bien la hora dos veces al día.
A cuantos picos de heroina equivale hacer una ironman? este pobre hombre se ha quitado 30 años de vida
Así y todo, no es capaz de recorrerse el Ikea sin parar a descansar.
¿Es humano?
Eso tiene que pasar una factura a la salud tremenda.
http://www.xatakaciencia.com/salud/cosas-que-no-te-dicen-cuando-sales-a-correr
347,4 Kilometros nadando
3798 Kilometros corriendo
16200 Kilometros en bici
Que barbaridad.