dios también tiene que cambiar de opinión y adaptarse a las nuevas realidades de la sociedad humana si no quiere morir (al menos si no quiere morir en la nómina de la esfera del poder político-económico de la sociedad humana). Ahora dios y su moralidad divina, perfecta y cambiante nos dicen que los hijos deberían tenerlos los ricos, no los pobres. Con un importante matiz: ahora es el propio dios en persona quien dice a sus religiosos que deben acatar esta nueva moralidad atea, es decir, esto ya no está abierto a debate ni cuestionamiento
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