Denny, una abogada de 35 años, no tuvo que esperar a escuchar al médico para saber que su afección debía ser una secuela de la silicona líquida que se inyectó para aumentar sus nalgas. La sustancia ya se había movido a su espalda y estaba haciendo presión sobre su columna.
Comentarios
Hay que ser muy imbécil para inyectarse esa mierda en la zona del cuerpo que sea.
Y como se le dé por subir, puedes acabar con el culo en la cara.
Silicona en las nalgas y bótox en el cerebro suelen ir de la mano.
Me ha recordado a la práctica de inyectarse synthol:
https://www.google.es/search?q=synthol&safe=off&source=lnms&tbm=isch
Los más aguerridos pueden buscar vídeos en Youtube, es una imagen que no os proporcionaré.
A mi me fastidiada mucho ver anuncios de bótox en el centro médico privado al que voy. Me parece repulsivo.