La funcionaria del CNP Maria I. T. habría utilizado estrategias de infiltración basadas en las emociones y los sentimientos, hasta el punto de invitar a Òscar C. un fin de semana a una vivienda de Palma, supuestamente suya. También realizaron viajes de vacaciones en una furgoneta de tipo camper en Asturias y en la Catalunya Nord. La relación llegó tan lejos que decidieron vivir juntos en el piso de la infiltrada en Girona, que compartirían más de un año. El vínculo afectivo entre ellos estaba tan consolidado que habían llegado a hacer planes...