Hoy sabemos que mantener hábitos saludables puede marcar la diferencia. Por ejemplo, dos factores que aumentan las probabilidades de padecer demencia son la depresión, que experimentan hasta un tercio de las personas mayores de 60 años, y la ansiedad. Estudios recientes demuestran que seguir una dieta equilibrada, el ejercicio regular y el buen descanso están vinculados con una menor incidencia de depresión y mejores resultados en la salud cerebral. La prevención desde etapas tempranas es, pues, básica para mitigar el impacto de esta epidemia.
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