El que desde hace varias semanas veamos inundados nuestros dispositivos electrónicos de durísimas imágenes, no debe hacernos olvidar que ni es un problema de hace dos días, ni es algo exclusivo de la guerra de Siria. Y no olvidemos tampoco que si se han convertido en actualidad informativa, es simplemente porque es imposible seguir guardándolas debajo de la alfombra. Y como no, porque han entrado hasta el salón de nuestra casa europea...
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