La atmósfera comercial se diseña conscientemente para crear un clima emocional, con el objetivo de estimular la mente del comprador contribuyendo favorablemente a aumentar la probabilidad de compra. Justamente, la terapia consumista consiste en un mensaje excitante, desconectar lo que queda de razonable en la decisión de compra e invocar incesantemente al ego. Probablemente todo esto es antisocial, pero da mucho dinero.
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