Ni fue diseñado por la NASA, ni tenía baliza de localización, pues el presidente de OceanGate consideraba la seguridad "puro despilfarro". Hasta uno de sus ingenieros principales lo terminó denunciando. Uno de los fundadores de la empresa, argentino, vive ahora en Barcelona. La abandonó hace 10 años. El más crítico con las deficiencias del submarino está siendo el director de cine James Cameron
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