Aunque podríamos pensar que la etapa adolescente en la que el cuerpo experimenta por primera vez esa inundación de hormonas sexuales es el pico máximo del deseo, esto no siempre es así. En realidad, señala la sexóloga Paula Álvarez, «el deseo fluctúa a lo largo de la vida en función más de factores sociales que de procesos biológicos como las hormonas», aunque el peso de estas no se discute.Para muchas personas, la adolescencia puede ser un momento complicado para albergar el deseo. La propia subida de hormonas como la testosterona.