Un académico de Bristol ha conseguido lo que innumerables criptógrafos, lingüistas y programas no consiguieron: descifrar el código del manuscrito Voynich. En su artículo, revisado por pares, “The Language and Writing System of MS408 (Voynich) Explained”, publicado en la revista Romance Studies, Cheshire describe cómo descifró el códice y, a la vez, encontró el único ejemplo conocido de lengua proto-Romance.
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