Inicialmente, su motor era un minúsculo dos cilindros de 375cc refrigerado por aire y que rendía 9 CV, aunque luego aumentó su cilindrada y la potencia fue incrementándose hasta alcanzar los 32 CV. El chasis se reveló proverbial y su bajo centro de gravedad, sumado a una suspensión a prueba de todo, lo dotaron de un dinamismo sorprendente, pues en las curvas era casi imposible que volcara. Y cumplía los requisitos exigidos: transportar a dos campesinos, un saco de 50 kilos de patatas o una barrica de vino, con un consumo de 3 L/100 km.
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