Los tripulantes de cualquier buque de guerra contemplaban con horror el naufragio de sus homólogos en el otro bando. Podían festejar el hundimiento de un buque enemigo, aunque fuese solo por el alivio de una victoria que garantizaba la propia supervivencia durante un día más, pero no eran monstruos; el contemplar a los enemigos debatiéndose en el agua servía como tétrico recordatorio de que la muerte en el mar era algo terrible que podía sucederle a cualquier marino en cualquier momento.
|
etiquetas: submarinos , iigm , wolfpack , u-boot