¿Por qué una pintura que sale por 5.000 euros en subasta termina adjudicándose en 590.000? No es que los compradores se hayan vuelto locos, es que han visto algo que los demás no: la mano de un maestro. Así son los sleepers o tapados, obras mal atribuidas. Nos adentramos en el mundo de los ojeadores que se dedican a encontrarlos.
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