Si eres mujer, igual padeces «cara de bicicleta» y no lo sabes. Mírate. Mandíbula apretada, ojos saltones, rostro demacrado y enrojecido, ojeras. Si la cosa va a mayores: insomnio, dolor de cabeza, infertilidad, tuberculosis y aumento de la libido. Si acabas de aparcar tu bici y te observas algunos de estos síntomas podrías sufrir dicha enfermedad.
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