No nos vamos, nos echan. Cuantas veces he leído eso… pues no. A mi nadie me ha echado, concretamente me he ido antes de darles oportunidad. Ni siquiera me molesté en buscar un trabajo en España. Tampoco creo que sea un cerebro fugado. Lo mío no ha sido fuga, lo mío es un exilio con todas las letras. Un exilio político y social.
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