Cómo anhelaba que llegara la noche de los jueves! Sin ponerle mucha atención a la comida, cenábamos en familia emocionados por el siguiente momento. Era el único día que mi mamá no lavaba inmediatamente los platos, sino que todos limpiábamos la mesa y agarrábamos, literalmente, asiento, lugar y tabla comenzando así la jugada. Al transcurrir el tiempo, deseaba con todas mis fuerzas que mi papá no recordara que se hacía tarde y nos mandara a la cama suspendiendo el momento, no sin antes jugar la última doble de pozo
|
etiquetas: juego de mesa , familia , conducta , hijos