El hallazgo en Alemania de los restos del primer simio bípedo, con 11,6 millones de años de antigüedad y una anatomía similar a grandes simios (por los brazos) y homininos o humanos (por las piernas), muestra que los primates empezaron a caminar erguidos en los árboles, no en el suelo. Este gran paso ocurrió durante el Mioceno medio en Europa.
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