Para diagnosticar a personas en países en vías de desarrollo, los profesionales de la salud usualmente llevan consigo microscopios grandes, frágiles y caros. “Enviamos instrumentos de investigación esperando que sobrevivan,” nos dice Manu Prakash, un biofísico. Mientras recorría Tailandia, el científico ideó una alternativa liviana y de bajo costo: Un microscopio de papel de bolsillo, hecho de una sola hoja de papel doblado, un par de lentes y una LED. Un diagnóstico oportuno podría salvar miles de vidas, y su costo aproximado: un dólar.
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