En la década de los sesenta, Bussotti despuntó con una serie de partituras caracterizadas por una exquisita elaboración gráfica (Bussotti fue asimismo un notable pintor) y en donde la incorporación de técnicas aleatorias se combinaba con una perturbadora exaltación del elemento erótico. Obras como el “misterio de cámara” La Pasion selon Sade (1965), Rara Requiem (1969) o I semi di Gramsci (1970) le dieron amplia notoriedad en el panorama de la creación contemporánea.
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