Al llegar a un semáforo, la mayoría de los conductores se acercan mucho al automóvil que tienen delante, dejando apenas unos centímetros de espacio entre su paracoches y el siguiente. El pensamiento habitual es que cuanto más cerca esté uno del disco, más probabilidades tendrá de pasar antes de que la luz cambie de nuevo a roja. Sin embargo la transición de fase es similar al paso de sólido a líquido. El artículo en
iopscience.iop.org/article/10.1088/1367-2630/aa95f0/meta. En español AEDE en primer comentario