Hay un hombre, en el escenario, subido a una escalera. Lo ha logrado finalmente; ha alcanzado la cima de la escalera. Después de mucho tiempo preparándose, cayéndose y volviéndose a levantar, quizá de años esforzándose, sudando sangre y sufriendo: ahí está, en la cumbre de la escalera. Pero tras la breve euforia inicial
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