Hay una corriente generalizada entre el público que afirma que Shyamalan vivió un exagerado momento de impacto inicial con su cine gracias a 'El sexto sentido' y 'El protegido', y los elogios que despertaron sus finales sorpresa le convirtieron en esclavo de los mismos. ¿Hasta qué punto es cierto? ¿Se puede decir que Shyamalan es, simplemente, un director atado a los finales con trampa y que solo ahí se encuentra su auténtico genio?
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