«Tenia muchas ganas de verlo antes de que desapareciera», cuenta el fotógrafo francés Didier Duforest, un enamorado del vapor, del carbón, de los caminos de hierro, que en abril de 1983 y con 24 años emprendió un viaje desde París al Bierzo para ser testigo de las últimas bocanadas de humo del ferrocarril del Sil. Aquel tren era una anomalía, reconoce -«el único de Europa Occidental que seguía operado con locomotoras de vapor de servicio comercial»- y tenía que verlo con sus propios ojos porque sabía que no le podía quedar mucho tiempo.
|
etiquetas: ferrocarril , vapor , león , bierzo , ponferrada , villablino