Un equipo internacional dirigido por científicos del Trinity College de Dublín ha demostrado que la capacidad de los animales para percibir el tiempo está ligada a su tamaño y ritmo de vida: cuanto más pequeño es un animal y más rápido es su metabolismo, de forma más lenta percibirá el tiempo, como si fuera una cámara lenta. Las moscas pueden ver el movimiento a escalas más finas que nuestros ojos, lo que les permite escapar como Keanu Reeves «evitaba las balas en la famosa película Matrix». En español: http://goo.gl/rrEkqR
#9:
El siguiente texto es un extracto del libro El Segador y su autor es Terry Pratchett.
Las criaturas de vida más corta de todo el Mundodisco son las cachipollas efímeras, que apenas duran veinticuatro horas.
Dos de las más viejas zigzagueaban sin rumbo fijo sobre las aguas de un arroyo de truchas discutiendo acerca de historia con algunos de los miembros más jóvenes de la nidada vespertina.
—En estos tiempos, el sol ya no es el que era —dijo una de ellas.
—En eso no te falta razón. Antes sí que había un sol como debe ser. Era todo amarillo. No como esa cosa roja.
—Y también estaba más alto.
—Es verdad, tienes razón.
—Y las ninfas y las larvas te mostraban un poco de respeto.
—Muy cierto, muy cierto —asintió la otra cachipolla efímera con vehemencia.
Las cachipollas más jóvenes escuchaban con educación.
—Recuerdo —prosiguió una de las moscas viejas— cuando todo lo que abarcaba la vista eran praderas.
Las cachipollas jóvenes miraron a su alrededor.
—Siguen siendo praderas —aventuró una de ellas tras un cortés intervalo.
—Recuerdo cuando eran praderas mejores —replicó bruscamente la vieja.
—Sí —asintió su colega—. Y también había una vaca.
—¡Es verdad! ¡Es verdad! ¡Me acuerdo de esa vaca! Estuvo justo allí durante..., oh, durante cuarenta o cincuenta minutos. La recuerdo bien, era marrón.
—Ya no hay vacas así en estas horas.
—Ya no hay siquiera vacas.
—¿Qué es una vaca? —preguntó una de las jovencitas.
—¿Lo ves? —replicó la cachipolla vieja en tono triunfal—. Así son las moscas modernas. —Hizo una pausa—. ¿Qué estábamos haciendo antes de empezar a hablar sobre el sol?
—Zigzaguear sin rumbo fijo sobre las aguas —dijo una de las moscas jóvenes.
No estaba del todo segura, pero era una suposición con visos de probabilidad.
—No, antes de eso.
—Eh..., nos estabas hablando sobre La Gran Trucha.
—Ah, sí. Eso. La Gran Trucha. Bueno, veréis, si has sido una buena cachipolla efímera, si has revoloteado bien arriba y abajo...
—... prestando atención a los ancianos, que saben más que tú...
—... si, prestando atención a los ancianos, que saben más que tú, entonces, al final, la Gran Trucha...
Clop.
Clop.
—¿Sí? —inquirió una de las moscas más jóvenes.
No recibió respuesta.
—¿Qué pasa con La Gran Trucha? —quiso saber otra mosca, nerviosa.
Contemplaron la larga serie de anillos concéntricos que se expandían en el agua.
—¡El signo sagrado! —exclamó una cachipolla—. ¡Recuerdo que me hablaron de eso! ¡Un Gran Círculo en el agua! ¡Ése será el signo de La Gran Trucha!
La más vieja de las cachipollas jóvenes contempló el agua, pensativa. Empezaba a darse cuenta de que, al ser la mosca de más edad entre las presentes, le correspondía el "privilegio" de revolotear más cerca de la superficie.
—Se dice —empezó la cachipolla que volaba en la parte superior de la zigzagueante multitud— que, cuando La Gran Trucha viene a buscarte, vas a una tierra donde abunda..., abunda... —Las cachipollas efimeras no comen. No sabía cómo seguir—. Donde abunda el agua —terminó como pudo.
—Debe de ser verdad —asintió la mosca más vieja.
—Pues allí se debe de estar muy bien —siguió la joven.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Porque nadie ha querido volver aquí.
#15:
#9 Precisamente este verano, sentado en mi silla de socorrista, todos los días, al ver los pequeños insectos, me imaginaba si su percepción sería más "lenta" que la nuestra. Y, ya de paso, echándole imaginación, me los imaginaba viéndonos como titanes lentos y torpes...
Los socorristas nos aburrimos mucho, ¿sabéis?
#28:
Como especie simétrica a la citada por #9, Terry Pratchett también habla de los Pinos Contadores, seres enormemente longevos y con un "tempo" extremadamente lento.
Los seis Pinos Contadores que formaban aquel grupo de árboles escuchaban al más viejo de ellos, cuyo retorcido tronco aseguraba tener treinta y un mil setecientos treinta y cuatro años de edad. La conversación que pasamos a relatar duró diecisiete años, pero la hemos acelerado un poco para su publicación.
-Recuerdo cuando todo esto no eran praderas.
Los pinos contemplaron los más de mil quinientos kilómetros de paisaje. El cielo parpadeaba como en los efectos especiales baratos de una película de viajes en el tiempo. La nieve aparecía, se aposentaba durante un instante y luego se fundía.
-Entonces, ¿qué había aquí? –quiso saber el pino más cercano.
-Hielo. Pero hielo de verdad, a ver si me entiendes. En aquellos tiempos, los glaciares eran como debían de ser. No era como el hielo de ahora, que sólo dura una estación y se funde.
Aquel hielo duró siglos.
-¿Qué le pasó?
-Se fue.
-¿Adónde?
-A donde se van las cosas. Todo va siempre a toda velocidad.
-Vaya, pues sí que fue duro.
-¿El qué?
-El invierno del que hablas.
-¿Y eso te parece un invierno? Cuando yo era un brote, sí que había inviernos de verdad...
Entonces el árbol desapareció.
Tras una pausa de un par de años producida por la sorpresa, uno de los árboles dijo:
-¡Ha desaparecido! ¡Como si tal cosa! ¡Un día estaba aquí, y al siguiente había desaparecido!
Si los otros árboles hubieran sido humanos, habrían arrastrado los pies en gesto de incomodidad.
-Son cosas que pasan, chico –dijo uno de ellos con cautela-. Se lo ha llevado a un Lugar Mejor, de eso puedes estar seguro. Siempre fue un buen árbol.
-¿Qué clase de “Lugar Mejor”? –quiso saber el joven árbol, que sólo tenía cinco mil ciento once años.
-Nadie lo sabe a ciencia cierta –dijo otro de sus congéneres.
Se estremeció inseguro, mecido por un vendaval que duró una semana-. Pero creemos que tiene algo que ver con el... aserrín.
Como los árboles no eran capaces de captar ningún acontecimiento que durase menos de un día, nunca oían el sonido de las hachas.
#5:
A Leo Messi también le pasa. La hormona del crecimiento le hizo mas grande pero no aceleró el tiempo.
Creo que el Madrid debería fichar a Tyrion Lannister.
El siguiente texto es un extracto del libro El Segador y su autor es Terry Pratchett.
Las criaturas de vida más corta de todo el Mundodisco son las cachipollas efímeras, que apenas duran veinticuatro horas.
Dos de las más viejas zigzagueaban sin rumbo fijo sobre las aguas de un arroyo de truchas discutiendo acerca de historia con algunos de los miembros más jóvenes de la nidada vespertina.
—En estos tiempos, el sol ya no es el que era —dijo una de ellas.
—En eso no te falta razón. Antes sí que había un sol como debe ser. Era todo amarillo. No como esa cosa roja.
—Y también estaba más alto.
—Es verdad, tienes razón.
—Y las ninfas y las larvas te mostraban un poco de respeto.
—Muy cierto, muy cierto —asintió la otra cachipolla efímera con vehemencia.
Las cachipollas más jóvenes escuchaban con educación.
—Recuerdo —prosiguió una de las moscas viejas— cuando todo lo que abarcaba la vista eran praderas.
Las cachipollas jóvenes miraron a su alrededor.
—Siguen siendo praderas —aventuró una de ellas tras un cortés intervalo.
—Recuerdo cuando eran praderas mejores —replicó bruscamente la vieja.
—Sí —asintió su colega—. Y también había una vaca.
—¡Es verdad! ¡Es verdad! ¡Me acuerdo de esa vaca! Estuvo justo allí durante..., oh, durante cuarenta o cincuenta minutos. La recuerdo bien, era marrón.
—Ya no hay vacas así en estas horas.
—Ya no hay siquiera vacas.
—¿Qué es una vaca? —preguntó una de las jovencitas.
—¿Lo ves? —replicó la cachipolla vieja en tono triunfal—. Así son las moscas modernas. —Hizo una pausa—. ¿Qué estábamos haciendo antes de empezar a hablar sobre el sol?
—Zigzaguear sin rumbo fijo sobre las aguas —dijo una de las moscas jóvenes.
No estaba del todo segura, pero era una suposición con visos de probabilidad.
—No, antes de eso.
—Eh..., nos estabas hablando sobre La Gran Trucha.
—Ah, sí. Eso. La Gran Trucha. Bueno, veréis, si has sido una buena cachipolla efímera, si has revoloteado bien arriba y abajo...
—... prestando atención a los ancianos, que saben más que tú...
—... si, prestando atención a los ancianos, que saben más que tú, entonces, al final, la Gran Trucha...
Clop.
Clop.
—¿Sí? —inquirió una de las moscas más jóvenes.
No recibió respuesta.
—¿Qué pasa con La Gran Trucha? —quiso saber otra mosca, nerviosa.
Contemplaron la larga serie de anillos concéntricos que se expandían en el agua.
—¡El signo sagrado! —exclamó una cachipolla—. ¡Recuerdo que me hablaron de eso! ¡Un Gran Círculo en el agua! ¡Ése será el signo de La Gran Trucha!
La más vieja de las cachipollas jóvenes contempló el agua, pensativa. Empezaba a darse cuenta de que, al ser la mosca de más edad entre las presentes, le correspondía el "privilegio" de revolotear más cerca de la superficie.
—Se dice —empezó la cachipolla que volaba en la parte superior de la zigzagueante multitud— que, cuando La Gran Trucha viene a buscarte, vas a una tierra donde abunda..., abunda... —Las cachipollas efimeras no comen. No sabía cómo seguir—. Donde abunda el agua —terminó como pudo.
—Debe de ser verdad —asintió la mosca más vieja.
—Pues allí se debe de estar muy bien —siguió la joven.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Porque nadie ha querido volver aquí.
#9 Precisamente este verano, sentado en mi silla de socorrista, todos los días, al ver los pequeños insectos, me imaginaba si su percepción sería más "lenta" que la nuestra. Y, ya de paso, echándole imaginación, me los imaginaba viéndonos como titanes lentos y torpes...
Los socorristas nos aburrimos mucho, ¿sabéis?
Como especie simétrica a la citada por #9, Terry Pratchett también habla de los Pinos Contadores, seres enormemente longevos y con un "tempo" extremadamente lento.
Los seis Pinos Contadores que formaban aquel grupo de árboles escuchaban al más viejo de ellos, cuyo retorcido tronco aseguraba tener treinta y un mil setecientos treinta y cuatro años de edad. La conversación que pasamos a relatar duró diecisiete años, pero la hemos acelerado un poco para su publicación.
-Recuerdo cuando todo esto no eran praderas.
Los pinos contemplaron los más de mil quinientos kilómetros de paisaje. El cielo parpadeaba como en los efectos especiales baratos de una película de viajes en el tiempo. La nieve aparecía, se aposentaba durante un instante y luego se fundía.
-Entonces, ¿qué había aquí? –quiso saber el pino más cercano.
-Hielo. Pero hielo de verdad, a ver si me entiendes. En aquellos tiempos, los glaciares eran como debían de ser. No era como el hielo de ahora, que sólo dura una estación y se funde.
Aquel hielo duró siglos.
-¿Qué le pasó?
-Se fue.
-¿Adónde?
-A donde se van las cosas. Todo va siempre a toda velocidad.
-Vaya, pues sí que fue duro.
-¿El qué?
-El invierno del que hablas.
-¿Y eso te parece un invierno? Cuando yo era un brote, sí que había inviernos de verdad...
Entonces el árbol desapareció.
Tras una pausa de un par de años producida por la sorpresa, uno de los árboles dijo:
-¡Ha desaparecido! ¡Como si tal cosa! ¡Un día estaba aquí, y al siguiente había desaparecido!
Si los otros árboles hubieran sido humanos, habrían arrastrado los pies en gesto de incomodidad.
-Son cosas que pasan, chico –dijo uno de ellos con cautela-. Se lo ha llevado a un Lugar Mejor, de eso puedes estar seguro. Siempre fue un buen árbol.
-¿Qué clase de “Lugar Mejor”? –quiso saber el joven árbol, que sólo tenía cinco mil ciento once años.
-Nadie lo sabe a ciencia cierta –dijo otro de sus congéneres.
Se estremeció inseguro, mecido por un vendaval que duró una semana-. Pero creemos que tiene algo que ver con el... aserrín.
Como los árboles no eran capaces de captar ningún acontecimiento que durase menos de un día, nunca oían el sonido de las hachas.
A Leo Messi también le pasa. La hormona del crecimiento le hizo mas grande pero no aceleró el tiempo.
Creo que el Madrid debería fichar a Tyrion Lannister.
Con un colega nos planteamos esta teoria hace unos años (verano, "el pueblo", mucho tiempo libre..), e hicimos la siguiente prueba:
Intentar tocar moscas que estaban paradas, y curiosamente, cuanto más lento nos acercábamos, menos "se asustaba"
Lo q mas me llamara la atención no era que no tuviera percepción del movimiento (o muy débil), sino el poder llegar a tocarlas
Aunque no es ninguna novedad, siempre me ha parecido fascinante. Implica tantas cosas...como que lo que vemos es relativo, no es totalmente objetivo porque nuestra perspectiva lo cambia todo.
Ya sé qué le contestaré a mi novia cuando le diga "voy dentro de un rato" y tardo hora y media, en lugar de 15 minutos como espera ella:
No soy lento, lo que pasa es que seguramente mi metabolismo no es tan acelerado, y para mí pasa el tiempo más rápido. Así que deja de ser tan egocéntrica y respeta mi percepción temporal.
Cuando era pequeño en los botes de colacao venía una africana que sujetaba otro bote de colacao, yo pensaba que, lógicamente. se iba repitiendo y reduciendo la foto sin parar. U os habeís mirado en dos espejos enfrentados, por ejemplo en un ascensor, os veis repetidos y reduciéndose la imagen. Quizás solo seamos una gota de algo en la bandeja de un microscopio, que al contrario de mi "teoría del colacao" se va agrandando.
Comentarios
El siguiente texto es un extracto del libro El Segador y su autor es Terry Pratchett.
Las criaturas de vida más corta de todo el Mundodisco son las cachipollas efímeras, que apenas duran veinticuatro horas.
Dos de las más viejas zigzagueaban sin rumbo fijo sobre las aguas de un arroyo de truchas discutiendo acerca de historia con algunos de los miembros más jóvenes de la nidada vespertina.
—En estos tiempos, el sol ya no es el que era —dijo una de ellas.
—En eso no te falta razón. Antes sí que había un sol como debe ser. Era todo amarillo. No como esa cosa roja.
—Y también estaba más alto.
—Es verdad, tienes razón.
—Y las ninfas y las larvas te mostraban un poco de respeto.
—Muy cierto, muy cierto —asintió la otra cachipolla efímera con vehemencia.
Las cachipollas más jóvenes escuchaban con educación.
—Recuerdo —prosiguió una de las moscas viejas— cuando todo lo que abarcaba la vista eran praderas.
Las cachipollas jóvenes miraron a su alrededor.
—Siguen siendo praderas —aventuró una de ellas tras un cortés intervalo.
—Recuerdo cuando eran praderas mejores —replicó bruscamente la vieja.
—Sí —asintió su colega—. Y también había una vaca.
—¡Es verdad! ¡Es verdad! ¡Me acuerdo de esa vaca! Estuvo justo allí durante..., oh, durante cuarenta o cincuenta minutos. La recuerdo bien, era marrón.
—Ya no hay vacas así en estas horas.
—Ya no hay siquiera vacas.
—¿Qué es una vaca? —preguntó una de las jovencitas.
—¿Lo ves? —replicó la cachipolla vieja en tono triunfal—. Así son las moscas modernas. —Hizo una pausa—. ¿Qué estábamos haciendo antes de empezar a hablar sobre el sol?
—Zigzaguear sin rumbo fijo sobre las aguas —dijo una de las moscas jóvenes.
No estaba del todo segura, pero era una suposición con visos de probabilidad.
—No, antes de eso.
—Eh..., nos estabas hablando sobre La Gran Trucha.
—Ah, sí. Eso. La Gran Trucha. Bueno, veréis, si has sido una buena cachipolla efímera, si has revoloteado bien arriba y abajo...
—... prestando atención a los ancianos, que saben más que tú...
—... si, prestando atención a los ancianos, que saben más que tú, entonces, al final, la Gran Trucha...
Clop.
Clop.
—¿Sí? —inquirió una de las moscas más jóvenes.
No recibió respuesta.
—¿Qué pasa con La Gran Trucha? —quiso saber otra mosca, nerviosa.
Contemplaron la larga serie de anillos concéntricos que se expandían en el agua.
—¡El signo sagrado! —exclamó una cachipolla—. ¡Recuerdo que me hablaron de eso! ¡Un Gran Círculo en el agua! ¡Ése será el signo de La Gran Trucha!
La más vieja de las cachipollas jóvenes contempló el agua, pensativa. Empezaba a darse cuenta de que, al ser la mosca de más edad entre las presentes, le correspondía el "privilegio" de revolotear más cerca de la superficie.
—Se dice —empezó la cachipolla que volaba en la parte superior de la zigzagueante multitud— que, cuando La Gran Trucha viene a buscarte, vas a una tierra donde abunda..., abunda... —Las cachipollas efimeras no comen. No sabía cómo seguir—. Donde abunda el agua —terminó como pudo.
—Debe de ser verdad —asintió la mosca más vieja.
—Pues allí se debe de estar muy bien —siguió la joven.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Porque nadie ha querido volver aquí.
#9 ¿Si la tienes muy pequeña tienes una cachi-polla?
#13 O si tu novia te pilla con otra
#9 Precisamente este verano, sentado en mi silla de socorrista, todos los días, al ver los pequeños insectos, me imaginaba si su percepción sería más "lenta" que la nuestra. Y, ya de paso, echándole imaginación, me los imaginaba viéndonos como titanes lentos y torpes...
Los socorristas nos aburrimos mucho, ¿sabéis?
#9 Te falta añadir el pasaje de los Pinos Contadores, que también viene muy a cuento.
Como especie simétrica a la citada por #9, Terry Pratchett también habla de los Pinos Contadores, seres enormemente longevos y con un "tempo" extremadamente lento.
Ambos pasajes pueden leerse aquí ampliados:
http://ysondra.blogspot.com.es/2006/07/malicia-cachipollas-efmeras-y-pinos.html
Los seis Pinos Contadores que formaban aquel grupo de árboles escuchaban al más viejo de ellos, cuyo retorcido tronco aseguraba tener treinta y un mil setecientos treinta y cuatro años de edad. La conversación que pasamos a relatar duró diecisiete años, pero la hemos acelerado un poco para su publicación.
-Recuerdo cuando todo esto no eran praderas.
Los pinos contemplaron los más de mil quinientos kilómetros de paisaje. El cielo parpadeaba como en los efectos especiales baratos de una película de viajes en el tiempo. La nieve aparecía, se aposentaba durante un instante y luego se fundía.
-Entonces, ¿qué había aquí? –quiso saber el pino más cercano.
-Hielo. Pero hielo de verdad, a ver si me entiendes. En aquellos tiempos, los glaciares eran como debían de ser. No era como el hielo de ahora, que sólo dura una estación y se funde.
Aquel hielo duró siglos.
-¿Qué le pasó?
-Se fue.
-¿Adónde?
-A donde se van las cosas. Todo va siempre a toda velocidad.
-Vaya, pues sí que fue duro.
-¿El qué?
-El invierno del que hablas.
-¿Y eso te parece un invierno? Cuando yo era un brote, sí que había inviernos de verdad...
Entonces el árbol desapareció.
Tras una pausa de un par de años producida por la sorpresa, uno de los árboles dijo:
-¡Ha desaparecido! ¡Como si tal cosa! ¡Un día estaba aquí, y al siguiente había desaparecido!
Si los otros árboles hubieran sido humanos, habrían arrastrado los pies en gesto de incomodidad.
-Son cosas que pasan, chico –dijo uno de ellos con cautela-. Se lo ha llevado a un Lugar Mejor, de eso puedes estar seguro. Siempre fue un buen árbol.
-¿Qué clase de “Lugar Mejor”? –quiso saber el joven árbol, que sólo tenía cinco mil ciento once años.
-Nadie lo sabe a ciencia cierta –dijo otro de sus congéneres.
Se estremeció inseguro, mecido por un vendaval que duró una semana-. Pero creemos que tiene algo que ver con el... aserrín.
Como los árboles no eran capaces de captar ningún acontecimiento que durase menos de un día, nunca oían el sonido de las hachas.
eso se sabía
#1 Como bien dices, eso se sabía hace años y hay documentales al respecto y todo.
#1 #10 Pero yo no lo sabía
#1 Claro, lo dicen en Epic. Todos los que la hemos visto lo sabemos jajajaja
A Leo Messi también le pasa. La hormona del crecimiento le hizo mas grande pero no aceleró el tiempo.
Creo que el Madrid debería fichar a Tyrion Lannister.
Por eso no puedes atrapar un insecto facilmente.
#2 La mosca es El Elegido!
#3 Trinity College
Por eso cuando eres un crío pasa el tiempo tan lento je!
En la reciente película "Epic.El Mundo Secreto"
, se ve este conceptohttp://cuelgame.net/story/epic-mundo-secreto-2013-bluray-1080p-ac3-5-1-castellano-catalan
Me ha encantado eso de que algunos escarabajos se vuelven ciegos por correr más rápido que su vista... Interesante.
Bueno, al menos ahora está científicamente probado lo que mucha gente (incluido yo) ya intuía.
Sigue siendo algo muy bueno.
Con un colega nos planteamos esta teoria hace unos años (verano, "el pueblo", mucho tiempo libre..), e hicimos la siguiente prueba:
Intentar tocar moscas que estaban paradas, y curiosamente, cuanto más lento nos acercábamos, menos "se asustaba"
Lo q mas me llamara la atención no era que no tuviera percepción del movimiento (o muy débil), sino el poder llegar a tocarlas
Siempre he pensado que Spiderman ve el mundo así. Con los reflejos que tiene, para él es como si viviera 1000 años.
Terry Pratchet tenía razon.
Han descubierto América.
Y en colores insólitos: http://www.experiensense.com/asi-ven-el-mundo-los-animales/
Es gracioso.
¿Alguien ha visto Epic? Porque eso mismo aparece ahí.
Aunque no es ninguna novedad, siempre me ha parecido fascinante. Implica tantas cosas...como que lo que vemos es relativo, no es totalmente objetivo porque nuestra perspectiva lo cambia todo.
Lo han dicho los insectos
Ya sé qué le contestaré a mi novia cuando le diga "voy dentro de un rato" y tardo hora y media, en lugar de 15 minutos como espera ella:
No soy lento, lo que pasa es que seguramente mi metabolismo no es tan acelerado, y para mí pasa el tiempo más rápido. Así que deja de ser tan egocéntrica y respeta mi percepción temporal.
Es pura ciencia.
Es curioso por que cuando voy a matar un mosquito (las moscas ya me da grima aplastarlas) siempre digo "esquiva esto" trinity dixit.
En la pelicula de Epic podeis verlo...XD
Cuando era pequeño en los botes de colacao venía una africana que sujetaba otro bote de colacao, yo pensaba que, lógicamente. se iba repitiendo y reduciendo la foto sin parar. U os habeís mirado en dos espejos enfrentados, por ejemplo en un ascensor, os veis repetidos y reduciéndose la imagen. Quizás solo seamos una gota de algo en la bandeja de un microscopio, que al contrario de mi "teoría del colacao" se va agrandando.
Usan un método parecido al de la peña que tiraba a gente en caída libre para ver si percibían el tiempo más lentamente:
http://blogs.discovermagazine.com/notrocketscience/2010/05/03/time-doesnt-actually-slow-down-in-a-crisis/#.Ujjp12Rxs0N
epic epic
Pues como Rajoy, coño.
No es la camara lenta pero son bonitos los abejorros
Claro, les late el corazon a tope.Yo cuando he tenido taquicardia he sentido como si mis ojos se movieran 'mas rapido que mi entorno'.