La camarera del club de alterne se acercó hasta los tres clientes -que eran bastante 'broncas' y estaban haciéndose notar- para que abonasen los 'cubatas' que se habían bebido, que no eran pocos. Fue como encender la mecha de un explosivo. Uno de los tipos, el que llevaba la voz cantante, sacó una «pistola detonadora» de nueve milímetros, la colocó encima de la barra y ordenó a la empleada que llenara su copa, las de sus dos compañeros de correrías y, ya puestos, las del resto de los clientes que en esos momentos estaban en el establecimiento..
Comentarios
Duplicada:
Condenado por apoderarse de un club de alterne de Granada al grito de "esta noche manda mi polla"
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ideal.esCondenado por apoderarse de un club de alterne de Granada al grito de "esta noche manda mi polla"
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ideal.esY antigua...
Claro que sí. Que el stress es muy malo.