Vivimos tiempos turbios en los que parece difícil encontrar honestidad por ninguna parte. Banqueros, políticos y personajes públicos de todo tipo son acusados de actos inmorales. En momentos así conviene recordar que en otras etapas problemáticas hubo individuos que clamaron contra la desvergüenza social. En uno de sus libros el escritor Eduardo Galeano nos recuerda uno de esos testimonios.
Somos demasiado crédulos, para tanto predicador barato. Yo me acuerdo cuando era niño e iban por los pueblos los famosos predicadores que te metian el miedo en el cuerpo, o los charlatanes de feria que al final te colaban las mantas.
Comentarios
Nos gusta el humo, y tenemos políticos-chimenea...
Nos gusta el humo...
Somos demasiado crédulos, para tanto predicador barato. Yo me acuerdo cuando era niño e iban por los pueblos los famosos predicadores que te metian el miedo en el cuerpo, o los charlatanes de feria que al final te colaban las mantas.
Porque sois imbéciles.
#4 Porque vemos humo donde no lo hay y falta de cohesión social y memeces donde sí lo hay.