A menos dinero, más riesgo. Hoy, subir al Everest ya no es una cuestión de mérito alpino y de buenas relaciones con el grupo –lo cual tampoco fue nunca garantía absoluta de éxito ni de ausencia de problemas–, sino de dinero: los servicios comerciales “turísticos” comienzan en unos 8.000 dólares y pueden llegar a alcanzar los 60.000. El afortunado gastador de esta última cantidad sólo tendrá que hacer por sí mismo sus necesidades y poner un pie delante de otro: un guía le cuidará y un sherpa le cambiará la botella de oxígeno cuando se gaste.
Comentarios
Si es cuestión de dinero, se capitaliza. Se democratizaría si ricos y pobres pudieran subir por igual.
Exacto: considerar democrático el dinero supone que sólo los ricos serían democráticos, pues podrían cambiar dinero. A veces el subconsciente nos juega malas pasadas...
Yo quitaría el título.
Tambien hay que inyectarle capital..? joder que toston..
#1 aquí vivimos en una democracia y siempre se ha tratado mejor a los ricos que a los pobres, asique el título no es tan erróneo.
#1 no, ricos y pobres pueden subir por igual. La diferencia es que unos lo hacen con unas mejoras que los otros no pueden pagar.
Viendolo así tienen toda la razón!