No hubo un helicóptero para salvar a Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna (Nepal), como tampoco lo hubo para rescatar a Oscar Pérez en el Latok II (Pakistán), pero ambos episodios dramáticos fueron auténticamente catárticos: al menos en lo referido a Nepal, se aceleró la génesis de un servicio de rescate que aspira a ser tan eficaz como el que conocemos en los Alpes, o en el Pirineo. Por supuesto, en Nepal el rescate en helicóptero es un negocio.
Comentarios
Impresionante artículo, da gusto leer algo tan bien documentado y escrito como esto.
Me sorprende que en El País aún queden atisbos de periodismo de calidad.
#1 Es que el autor (Oscar Gogorza) además de periodista es un montañero como la copa de un pino.
D.E.P y mis mas honesto respeto a Keshba y demas montaneros que intentaron un imposible.
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