La ley SB 1070 de Arizona para la expulsión de inmigrantes ilegales es defendida por sus partidarios diciendo que dejará puestos de trabajo libres para los residentes legales. Pero lo que está pasando es que al irse los ilegales, o cambiar sus patrones de comportamiento por miedo a la policía, los negocios se están quedando vacíos, las ventas cayendo, las empresas cerrando, y en consecuencia final, el desempleo aumentando. Traducción en comentario 1.
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HUIR DE PHOENIX POR MIEDO A LA LEY DE INMIGRACION
Cada vez que un cliente una de sus grandes bolsas de tela de su tienda en el cruce de la 43 con Thomas, Najmuddin Katchi ve como se desvanece otro pedazo de su negocio.
La compra de la bolsa para colgar del hombro, del tamaño de una maleta significa que otro de los clientes de Katchi, mayormente inmigrantes latinos, está haciendo la maleta para irse del estado antes de ser perseguido antes de que la nueva ley, la más dura con los inmigrantes ilegales, entre en vigor el próximo día 29.
La tienda de Katchi no es la única que está sufriendo. El gran centro comercial en el que se encuentra está casi vacío. El supermercado cerró esta primavera. Luego la tienda de muebles. Luego la pizzería.
El gigantesco edificio de apartamentos del otro lado de la calle tiene dos tercios de los pisos vacíos.
“El negocio se ha roto”, dice Katchi, quien tiene la tienda abierta desde hace 14 años. “¿Qué va a pasar después del 29? Tal vez tenga que cerrar”.
Arizona es uno de los estados que más rápido ha crecido en los últimos 20 años. Depende de una población creciente para alimentar a su economía, que depende fuertemente de la construcción.
En el cruce de la 43 con Thomas es difícil decir cuanta de las preocupaciones vienen de la ley de inmigración y cuantas de la economía estatal, golpeada por un mercado inmobiliario que una vez estuvo al rojo vivo, pero que se ha enfriado.
Los ingresos de Katchi ya estaban cayendo cuando el gobernador Jan Brewer firmó la ley SB 1070. Desde entonces, las ventas se han desplomado.
Al legislar así, embarcó al estado en un gran experimento: el expulsar a miles de sus residentes mediante lo que la ley llama “desgaste mediante la aplicación” (de la ley).
La ley obliga a la policía a comprobar el estatus migratorio de aquellos a los que den el alto y sospechen que están en el país ilegalmente. Grupos de derechos civiles, y la administración Obama, han denunciado para parar la aplicación de la ley, y un juez federal escuchó los argumentos de las partes el pasado martes.
La partida de los inmigrantes ilegales, según los defensores de la ley, no hará más que ayudar a la economía de Arizona.
“Mientras haya residentes legales que busquen los empleos, un lento pero constante desgaste de los extranjeros de renta baja, a los que tiene que formar el gobierno, es un efecto positivo de la ley” dice Bob Dane, portavoz de la Federación por la Reforma Migratoria Americana (FAIR), en Washington, que pide normas de inmigración más duras y estima que los inmigrantes ilegales le cuestan a los contribuyentes de Arizona unos 2500 millones de dólares al año.
Pero es difícil tener datos sólidos del efecto de la inmigración ilegal en la economía.
Un informe de 2007 de la oficina presupuestaria del Congreso revisó 29 estudios (pero no los de grupos como FAIR), y concluyó que la carga de los inmigrantes sobre los presupuestos estatales es “modesta”.
Incluso ayuda a la economía la gente que usa servicios estatales en mayor medida que los impuestos que pagan, dice Judith Gans de la Universidad de Arizona. Un estudio de 2008 concluyó que los inmigrantes aportaron 29000 millones a la economía del estado, un 8% del total.
Si los inmigrantes se van, dice Gans, “las tiendas sufren fuertes caídas de ventas. Los dueños de viviendas alquiladas ven como sube mucho su tasa de desocupación, con el peligro de perder los edificios. Los trabajadores, o inquilinos, o consumidores legales no llegan al reemplazo suficientemente rápido como para evitar que esos negocios sufran dificultades muy reales”.
En el cruce de la 43 con Thomas, esos peligros no tienen nada de abstractos.
En el cruce de dos vías de 6 carriles, estas calles están en el corazón inmigrante de Phoenix, una masa de obreros que viven en ranchos llamada Maryvale.
Nadie ha medido el efecto de la ley en los negocios, o el número de inmigrantes que hará que se vayan de Arizona. Pero los comerciantes dicen que las repercusiones son claras. No solo por los que se van, sino por como ha cambiado la rutina diaria de los que se quedan.
“La economía ya está mal, pero la ley es pegarnos un tiro en la cabeza” dice Osameh Odeh, 35 años, cuya tienda de ropa Eden Wear estaba vacía la otra tarde. “La gente ya no sale de sus casas”.
Odeh ha despedido a trabajadores y no paga las facturas hasta el último momento. No sabe si va a poder mantenerse abierto, y señala que el efecto se extiende mucho más allá de las calles de Maryvale. Él vive en suburbio de clase media de Gilbert, pero ha recortado el gasto en casa.
“No me puedo permitir un juguete que quiera mi hijo”.
Edgar Vela vive en otro cómodo suburbio, pero su capacidad de gasto depende del restaurante salvadoreño del cruce de la 43 con Thomas, La Papusa Loca. Acaba de cerrar la panadería de al lado, y sus hermanos, ambos médicos, vienen a ayudarle los fines de semana.
“La gente se sentía segura aquí. Venían y pasaban dos o tres horas”, dice en su casi vacío restaurante. “Ahora comen y se van corriendo”.
Recuerda una noche hace poco. Había dos familias comiendo. Les sonó el teléfono. Unos amigos les avisaban de que el sheriff Joe Arpaio, fuertemente odiado en la zona por su persecución a los inmigrantes ilegales, había mandado a sus agente a peinar la zona. Rápidamente pidieron la cuenta, pagaron, y se fueron del restaurante.
Hace un mes, el banco le quitó una casa de alquiler que Vela tiene cerca. Es una de las tres que hay vacías en un edificio pequeño. Las familias le dijeron a vela que Arpaio había arrestado a los cabezas de familia, y que ya no podían pagar.
Algunos de los que se van tienen nacionalidad estadounidense, o son inmigrantes legales, pero creen que la policía ya persigue a todos los latinos. Vela por ejemplo, dice haber sido parado por la policía mientras iba al restaurante incontables veces.
Faviola Davenport, 42 años, que tiene una tienda enfrente del restaurante de Vela, inmigró legalmente desde México hace 23 años, y espera que tendrá que cerrar el mes que viene. Cree que ella también se irá de Arizona. Sus tres hijas adultas y sus familias, todos ciudadanos americanos, están pensando en seguirla.
Los que apoyan la ley dicen que residentes legales como Davenport no tienen nada que temer de la SB 1070, que prohíbe expresamente la persecución racial.
Pero en este año a Davenport la pararon camino del trabajo, y la policía no se creía que estuviese legalmente en el país, y que la iban a enviar a las autoridades inmigración para deportarla.
“No quieren mexicanos aquí. Así que nos vamos”.
#1, pues eso, a matar a la gallina de los huevos de oro... mucha gente no se da cuenta (o no quiere) que los extranjeros movemos también la economía, que pagamos impuestos (el IVA, IRPF, etc) y que en general aportamos a un país, sea EEUU o España... así nos va y así nos seguirá yendo...
#4 Es más: criar y educar a un niño hasta que está en edad de trabajar cuesta al Estado muchísimo dinero. Imagina que de repente te llegan trabajadores "gratis", que no te costó nada formar y ya están creciditos y listos para comenzar a producir e incrementar el PBI de un país. La inmigración ha beneficiado bastante a España aunque los nacionalistas y racistas se quejen de que no quieren gente que ha nacido en otra parte.
#6 Exacto. Es mas barato traer un inmigrante que criar y educar un conciudadano. Además de ser mas sumiso y cobrar menos.
De ahí que en España existan "tan buenas" ayudas a la familia y que gracias a ello tengamos la tasa de natalidad mas baja del mundo. (sin contar a los hijos de los inmigrantes).
1. El artículo tiene otra lectura: la Ley se aprobó para reducir el número de inmigrantes ilegales y, a tenor de la lectura del artículo, está teniendo éxito.
2. #6 Nadie discute que la inmigración aumenta la economía. Lo que se pone en tela de juicio es a quién beneficia la inmigración, cómo se reparte ese crecimiento. A los empresarios y a los propios inmigrantes nadie pone en duda que les beneficia. No está tan claro que beneficie a los nativos no-empresarios o, al menos, no a todos y a algunos (los nativos no cualificados, en concreto) puede que incluso les perjudique.
#16 ¿te has leido realmente el articulo? Si un negocio cierra, sus empleados nativos se van a la calle.
#6 "Los nacionalistas y racistas se quejen de que no quieren gente que ha nacido en otra parte". De qué nacionalistas hablas? Porque hay nacionalismos absolutamente solidarios, como los hay absolutamente fascistas.
#4 Pues lo que no entiendo es cómo a nadie se le ha ocurrido, siguiendo tu razonamiento, que vengan 10 ó 15 millones de inmigrantes más para solucionar la crisis.
Era de esperar.
Los países que reciben inmigrantes siempre salen beneficiados a medio plazo, porque estos además de trabajar y aumentar la producción de ese territorio también consumen, retroalimentando el proceso en muchos casos.
#8 Que nos lo digan a nosotros a base de importar andinos y norteafricanos ya casi somos potencia mundial.
#9 creo que #8 se refiere a países civilizados y razonables.
#9 : Que se lo digan a las potencias mundiales que importan españoles bien formados.
El sistem económico en España es un desastre y los sectores más potentes necesitan muchísima mano de obra barata y poco cualificada. No te vas a traer a un ingeniero de otro país para tenerle recogiendo fresas o poniendo ladrillos.
#11
#12 Pero estos países tipo Suiza siempre limitan y controlan mucho la inmigración, la ilegal no la toleran. No es el caso de España de papeles para todos o el de USA en el que entrar legal es más difícil que ir a la luna, en cambio toleran la ilegal. Así es más fácil que se vea como algo positivo.
#9 ¿De que pais estas hablando? ¿de EE.UU.? ¿O de Reino Unido? Porque lo parece.
Vamos, una demostración más de que la inmigración ni es la causa de la crisis ni empeora necesariamente la economía de un país o región. A ver si a algunos les entra en la cabeza ya...
Pero bueno, no sé qué hago cogiendo esperanzas, si la gentuza en la que estoy pensando no va a cambiar de opinión ni aunque les demostraras científicamente que no llevan razón. Son xenófobos, racistas e intolerantes. Lo de que la inmigración daña la economía o el mercado laboral es sólo la excusa para no reconocerlo abiertamente.
Hoy en día, yo creo que todo el mundo está de acuerdo en que la discriminación por raza, sexo o religión son algo muy malo. Sin embargo parece que hay mucha gente a la que le parece correcto discriminar por el lugar de nacimiento.
Que se hundan, que se hundan muy bien en la mierda. Malditos racistas...
Era lógico esperarlo. Cuando la economía se adapta a una situación, cambiarla siempre provoca un fuerte desequilibrio y como las empresas nunca pierden, esos desequilibrios siempre terminan afectando al trabajador. Y cuando el trabajador tiene problemas compra menos.
q la chupen
Otro punto fuerte que toman los xenófobos es que los inmigrantes les quitan empleo, pero no se dan cuenta que la inmigración ilegal toma los peores trabajos (muchas horas, trabajos rudos y de poco salario)... trabajos que los nativos legales nunca tomarían
Esto se nota a medio/largo plazo.
Es de lógica que, a menos habitantes, menos producción y menos comercio, pero también es de la misma lógica que tambien haya menos gente para trabajar en la industria y el comercio. Al final, los beneficios brutos descenderán, pero los beneficios per cápita son otro tema. Ya veremos si aumentan, se quedan igual o disminuyen.
Los extranjeros aumentan el número de habitantes, aumentan ingresos y gastos. Aportan a la economía tanto como a los gastos. Una "mala" inmigración hace un aporte negativo, mientras que una "buena" inmigración lo hace positivo.
parece lógico que pase así.
Según ellos, no todos los latinos son criminales, pero casi todos los criminales de ese estado son latinos; y eso es a lo que le tienen miedo. No es a la inmigración, sino a la criminalidad que muchos de ellos suponen.
Eso es problema de ellos; yo no criticaré ni apoyaré una ley de un estado al que no pertenezco ni tengo nada que ver; no me incumbe.