Siempre lo mismo en esta España de profundas raíces intolerantes. Creíamos haber superado los enfrentamientos del pasado, esa división entre conservadores y progresistas gracias a un equilibrado sistema de recambio, más perfeccionado que el de la Restauración borbónica de finales del XIX y principios del XX, pero de nuevo vuelven los fantasmas.
Esta segregación "ficticia" es lo que nos quieren vender para que empecemos a cuestionarnos las políticas de uno y otro bando, yo creo que estamos lejísimos de ese enfrentamiento es más el resultado engañoso de una política que emponzoña y afea la realidad, a alguien le interesa que la sociedad explote, algún político y algunos medios de comunicación están vendiendo esa teoría de españa-se-rompe cuando la realidad es que ahora nos importa poco tanta estupidez y buscamos otros problemas como trabajo, vivienda y sanidad, esos grandes olvidados en los debates políticos; es más amarillista el españa-va-bien - españa-va-mal.
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Esta segregación "ficticia" es lo que nos quieren vender para que empecemos a cuestionarnos las políticas de uno y otro bando, yo creo que estamos lejísimos de ese enfrentamiento es más el resultado engañoso de una política que emponzoña y afea la realidad, a alguien le interesa que la sociedad explote, algún político y algunos medios de comunicación están vendiendo esa teoría de españa-se-rompe cuando la realidad es que ahora nos importa poco tanta estupidez y buscamos otros problemas como trabajo, vivienda y sanidad, esos grandes olvidados en los debates políticos; es más amarillista el españa-va-bien - españa-va-mal.
Hay más de uno a quien le interesa este juego, y más de uno que se lo traga enterito.
Mientras exista la política, existirá la intolerancia.
Después de las payasadas del PP presionando a los socialistas. Cualquier escarnio derechista mueve a risa.