El secretario general del partido en las Islas es uno de los socios de Terracor, cuyos trabajadores viven en casas prefabricadas o campamentos precarios.
#1:
Los ultracatolicos que han venido a salvar España de los comunistas y la invasión silenciosa musulmana.
Resultan ser esclavistas!!!!
#2:
“Sé que me puede perjudicar porque igual no dan una buena referencia de mí y el año que viene… Pero quiero que se dé a conocer la realidad, que las nuevas personas que vengan no tengan que estrellarse contra el muro con el que nos damos nosotros ”, asume Fernando. Su nombre es falso porque, de otra forma, su historia no podría contarse. La historia de las condiciones en las que viven y trabajan los temporeros de Terracor que han contado su vivencia a elDiario.es. Este conglomerado mallorquín está formado por seis empresas dedicadas al cultivo y venta de frutas y verduras. En su organigrama figuran cinco socios. Uno de ellos, el secretario general de Vox en Balears y el conseller del Consell de Mallorca, Toni Gili.
A 8.000 kilómetros de su país y sin más contactos que sus propios compañeros, la mayoría se sienten atrapados en un panorama que no saben muy bien cómo resolver. “Algunos hemos pedido un aumento de sueldo que se nos ha denegado, y también hemos hablado con asociaciones de colombianos aquí para que nos puedan echar una mano, pero por el momento no ha habido ninguna mejora”, afirma otro de los afectados.
La realidad que explican los temporeros de Terracor es que las condiciones no son halagüeñas: según su versión, su salario ronda los 6 euros la hora y en sus jornadas lo “normal” es que trabajan doce horas. En el cuadrante del mes de mayo que uno de los empleados muestra a elDiario.es figuran también jornadas de 13, 14 e incluso 17 horas. En las nóminas consultadas no aparecen horas extra remuneradas.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos, a través de su Secretaría de Estado de Migraciones, ha accionado. En coordinación con la Delegación del Gobierno en Balears, ha localizado a la empresa y, una vez realizado este trámite, ha notificado la denuncia a Inspección de Trabajo para que acuda y realice la visita pertinente de cara a, en su caso, depurar responsabilidades.
elDiario.es ha intentado ponerse en contacto con Toni Gili antes de la publicación de este reportaje, pero el político ha derivado la consulta a la responsable de comunicación del grupo, quien ha especificado que el año pasado la empresa superó una inspección en los alojamientos de los temporeros, pero no ha sabido concretar qué organismo se encargó de dicha inspección ni cuáles fueron las instalaciones revisadas. “Los trabajadores no tienen ningún lujo, es cierto, pero cumplimos la normativa”, añade esta persona. Tampoco ha podido proporcionar información sobre las condiciones laborales ni las jornadas de trabajo actuales de los empleados. “El problema en Balears es que coincide la temporada alta turística con la agrícola y eso hace que la competencia por los trabajadores sea muy fuerte”, explicaba en un reportaje anterior Gili , ingeniero técnico agrícola y responsable de Innovación y Producción de la compañía.
Alojamiento precario y sin higiene.
A mediodía, el sol de agosto cae a plomo sobre la carretera de Manacor. Una recta casi infinita de asfalto flanqueada por campos en los que destaca un invernadero blanco con el logo de Terracor. Debajo, una frase: “Agricultura de aquí, del día”. Lo que se levanta detrás -uno diría que estratégicamente escondida- es precisamente una de las dos instalaciones en las que la empresa aloja a sus temporeros. “La primera vez que vine, hace ya casi veinte años, sí me sorprendí. Ahora ya…”, reconoce uno de los trabajadores antes de encogerse de hombros.
Entre invernaderos de hortalizas y plantas aromáticas se levanta una gran nave de piedra. En el lateral el hueco del antiguo portón da paso a una suerte de salón tan precario como los suelos y paredes sin acabar. Más al fondo, sobre un suelo ya embaldosado, se llega a la cocina ya la sucesión de fogones y estantes que guardan la comida y enseres de las 28 personas que viven aquí. Algunas, trabajadoras permanentes de la empresa.
Las habitaciones están del otro lado, donde la nave adquiere más el aspecto de una antigua casa mallorquina de campo y conserva aún parte del encalado de sus paredes. Allí donde había espacio se ha colocado una cama. Incluso en el antiguo salón. Las habitaciones compartidas se suceden a uno y otro lado. Algunas con la puerta abierta porque es la única ventilación que tienen, otras con las ventanas tapiadas por paneles de madera. En una de ellas aún duermen quienes han cubierto el turno nocturno: desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana para preparar los pedidos de los hoteles.
Todo el conjunto tiene un aspecto destartalado. Los socios de la empresa lo conocen bien. Hace apenas veinte minutos que Toni Gili se ha marchado. Los cables cuelgan de las vigas, las columnas que sostienen el inmenso porche están agrietadas y carcomidas. Bajo su techo conviven lavadoras, sillas, extintores y carteles que indican que está prohibido fumar. Aquí y allá se acumulan cajas vacías de fruta, bidones de Repsol y garrafas con los productos utilizados en los invernaderos, algunos de los cuales son a escasos metros de las habitaciones. Además de la decena de sacos de basura amontonados junto al muro exterior, otro de los espacios en peor estado es un cobertizo en el que también se ha habilitado un dormitorio junto a una maraña de cables, tuberías, mangueras y hierros de más de un metro. de altura.
“Cuando nos contratan nos dicen que tendremos alojamiento, pero no cómo será. Luego cuando llegas tampoco eliges si en la casa o en los contenedores, pero todos pagamos lo mismo: 80 euros al mes”, cuenta estás uno de los temporeros. Una cantidad que la empresa les descuenta directamente de la nómina y que le supone unos ingresos mensuales de 2.240 euros sólo con estas instalaciones. También incluye los servicios de electricidad y agua, de hecho también tienen agua corriente, “pero no es apta para el consumo”, nos dicen.
“Yo no vivo así en mi país, yo tengo una casa, pero no está tan mal. Al final se trata de no gastar mucho y poder mandar a casa todo el dinero posible”, cuenta una trabajadora. Algunos se han asomado al mercado inmobiliario de Mallorca -donde la media del alquiler supera ya los 1.400 euros- y han vuelto horrorizados y aún más resignados. Por un lado, la crisis de la vivienda hace prácticamente imposible plantearse cualquier alternativa. Por otro, para quienes han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen, la “puesta a disposición del trabajador de un alojamiento adecuado” es una de las obligaciones del empresario. . Un alojamiento que debe cumplir, dice el artículo 2, las condiciones de “habitabilidad e higiene adecuadas”. Su cumplimiento, añade, “podrá ser objeto de certificación y/o verificación”. Pero entre la temporada 2023 y la 2024 no hay constancia oficial de que alguien haya inspeccionado las instalaciones de Terracor.
#3:
Otro de Vox que se salta la ley a la torera y parece que vive en otra época, porque el retraso es importante, vale, ¿cuál es la noticia? porque ese mamón va a seguir teniendo explotaciones agrícolas aunque sea un esclavista y a pesar de que le pillasen.
#4:
Sinceramente, esperaba algo mejor. Mis amigos se postularon para otros puestos en España y llegaron antes”, relata otro de los temporeros. Las fotografías que le enviaron cuando él aún estaba en Colombia eran las de un apartamento “normal” compartido. Aquello le animó a dar el paso. Tenía experiencia en el campo y pasar nueve meses en una isla del Mediterráneo no sonaba mal. Su intención era conseguir dinero para poder volver a la Universidad –tuvo que abandonar Medicina por falta de recursos- y ayudar también a su hermana a pagar los estudios. “Al llegar vi que todo era diferente, pero no me planteé irme. En Colombia decimos 'ya que metimos las patas, metamos también el cuerpo”, recuerda.
Él es uno de los chicos de los contenedores. Desde hace meses comparte una caseta prefabricada con otras dos personas. La literatura, la cama, la taquilla y el armario plegable apenas dejan espacio para moverse. La orden del Ministerio señala que “es recomendable” que el “espacio total habitable del dormitorio alcance un mínimo de 3,5 metros cuadrados por persona”. “Me dio vergüenza contárselo a mis amigos. No les envié ninguna foto y sólo les dije que las condiciones no eran muy aptas. A mi madre ni de chiste le cuento”, afirma. Ésa es la confesión más extendida entre sus compañeros: que la familia no sepa, no se preocupe.
Además del suyo, otra media docena de contenedores prefabricados se reparten por el terreno. Incluso la caseta en la que aún cuelga el rótulo de “oficina” aloja ahora a dos trabajadores. En otra se acumulan neveras, hornillos y bombonas de butano en una suerte de segunda cocina. Más alejado, un nuevo módulo hace las veces de baño, según explican, para los chicos senegaleses. Un baño de cortinas raídas, desagües atorados y moho. El infierno en el paraíso del turismo.
La situación de los temporeros de Terracor sale a la luz después de que elDiario.es dedicara un reportaje a los temporeros colombianos que desde hace años llegan a Mallorca para salvar la temporada agrícola ante la falta de mano de obra local . Sólo en los dos últimos años, entre 400 y 500 ciudadanos de este país han desembarcado en la isla de la mano de Unió de Pagesos, Asaja y empresas particulares para dedicarse a la recolección y distribución de frutas y hortalizas. Junto a ellos, recorren los campos y los invernaderos otros tantos trabajadores de Senegal o Rumanía, algunos de ellos con contratos permanentes.
Constituido en 2017, Terracor Grup tiene su sede principal en Manacor, aunque trabaja más de 305 hectáreas tanto en este municipio como en Petra, Felanitx y Porreres. Entre sus principios están el “compromiso muy firme con el respeto por nuestra tierra” y el medio ambiente, y uno de sus eslóganes principales es “democratitzam lo rural per a que tota Mallorca ho disfruti” (“democratizamos lo rural para que toda Mallorca lo disfrute”, en castellano). A través de sus seis marcas, no sólo se dedica al cultivo y comercialización de fruta y verdura, sino que también cuenta con su propio restaurante -con vistas a uno de sus invernaderos- y organiza “experiencias agrícolas y gastronómicas” para locales y turistas.
En 2022 la empresa inauguró su nuevo centro agrícola en la finca de Sa Teulera (Petra), desde donde comercializan hasta 8 millones de kilos de producto local al año. Además de colaborar con diversas entidades públicas y privadas de Mallorca, así como con ONG, en 2021 recibió el premio BBVA a los Mejores Productores Sostenibles.
“Sé que me puede perjudicar porque igual no dan una buena referencia de mí y el año que viene… Pero quiero que se dé a conocer la realidad, que las nuevas personas que vengan no tengan que estrellarse contra el muro con el que nos damos nosotros ”, asume Fernando. Su nombre es falso porque, de otra forma, su historia no podría contarse. La historia de las condiciones en las que viven y trabajan los temporeros de Terracor que han contado su vivencia a elDiario.es. Este conglomerado mallorquín está formado por seis empresas dedicadas al cultivo y venta de frutas y verduras. En su organigrama figuran cinco socios. Uno de ellos, el secretario general de Vox en Balears y el conseller del Consell de Mallorca, Toni Gili.
A 8.000 kilómetros de su país y sin más contactos que sus propios compañeros, la mayoría se sienten atrapados en un panorama que no saben muy bien cómo resolver. “Algunos hemos pedido un aumento de sueldo que se nos ha denegado, y también hemos hablado con asociaciones de colombianos aquí para que nos puedan echar una mano, pero por el momento no ha habido ninguna mejora”, afirma otro de los afectados.
La realidad que explican los temporeros de Terracor es que las condiciones no son halagüeñas: según su versión, su salario ronda los 6 euros la hora y en sus jornadas lo “normal” es que trabajan doce horas. En el cuadrante del mes de mayo que uno de los empleados muestra a elDiario.es figuran también jornadas de 13, 14 e incluso 17 horas. En las nóminas consultadas no aparecen horas extra remuneradas.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos, a través de su Secretaría de Estado de Migraciones, ha accionado. En coordinación con la Delegación del Gobierno en Balears, ha localizado a la empresa y, una vez realizado este trámite, ha notificado la denuncia a Inspección de Trabajo para que acuda y realice la visita pertinente de cara a, en su caso, depurar responsabilidades.
elDiario.es ha intentado ponerse en contacto con Toni Gili antes de la publicación de este reportaje, pero el político ha derivado la consulta a la responsable de comunicación del grupo, quien ha especificado que el año pasado la empresa superó una inspección en los alojamientos de los temporeros, pero no ha sabido concretar qué organismo se encargó de dicha inspección ni cuáles fueron las instalaciones revisadas. “Los trabajadores no tienen ningún lujo, es cierto, pero cumplimos la normativa”, añade esta persona. Tampoco ha podido proporcionar información sobre las condiciones laborales ni las jornadas de trabajo actuales de los empleados. “El problema en Balears es que coincide la temporada alta turística con la agrícola y eso hace que la competencia por los trabajadores sea muy fuerte”, explicaba en un reportaje anterior Gili , ingeniero técnico agrícola y responsable de Innovación y Producción de la compañía.
Alojamiento precario y sin higiene.
A mediodía, el sol de agosto cae a plomo sobre la carretera de Manacor. Una recta casi infinita de asfalto flanqueada por campos en los que destaca un invernadero blanco con el logo de Terracor. Debajo, una frase: “Agricultura de aquí, del día”. Lo que se levanta detrás -uno diría que estratégicamente escondida- es precisamente una de las dos instalaciones en las que la empresa aloja a sus temporeros. “La primera vez que vine, hace ya casi veinte años, sí me sorprendí. Ahora ya…”, reconoce uno de los trabajadores antes de encogerse de hombros.
Entre invernaderos de hortalizas y plantas aromáticas se levanta una gran nave de piedra. En el lateral el hueco del antiguo portón da paso a una suerte de salón tan precario como los suelos y paredes sin acabar. Más al fondo, sobre un suelo ya embaldosado, se llega a la cocina ya la sucesión de fogones y estantes que guardan la comida y enseres de las 28 personas que viven aquí. Algunas, trabajadoras permanentes de la empresa.
Las habitaciones están del otro lado, donde la nave adquiere más el aspecto de una antigua casa mallorquina de campo y conserva aún parte del encalado de sus paredes. Allí donde había espacio se ha colocado una cama. Incluso en el antiguo salón. Las habitaciones compartidas se suceden a uno y otro lado. Algunas con la puerta abierta porque es la única ventilación que tienen, otras con las ventanas tapiadas por paneles de madera. En una de ellas aún duermen quienes han cubierto el turno nocturno: desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana para preparar los pedidos de los hoteles.
Todo el conjunto tiene un aspecto destartalado. Los socios de la empresa lo conocen bien. Hace apenas veinte minutos que Toni Gili se ha marchado. Los cables cuelgan de las vigas, las columnas que sostienen el inmenso porche están agrietadas y carcomidas. Bajo su techo conviven lavadoras, sillas, extintores y carteles que indican que está prohibido fumar. Aquí y allá se acumulan cajas vacías de fruta, bidones de Repsol y garrafas con los productos utilizados en los invernaderos, algunos de los cuales son a escasos metros de las habitaciones. Además de la decena de sacos de basura amontonados junto al muro exterior, otro de los espacios en peor estado es un cobertizo en el que también se ha habilitado un dormitorio junto a una maraña de cables, tuberías, mangueras y hierros de más de un metro. de altura.
“Cuando nos contratan nos dicen que tendremos alojamiento, pero no cómo será. Luego cuando llegas tampoco eliges si en la casa o en los contenedores, pero todos pagamos lo mismo: 80 euros al mes”, cuenta estás uno de los temporeros. Una cantidad que la empresa les descuenta directamente de la nómina y que le supone unos ingresos mensuales de 2.240 euros sólo con estas instalaciones. También incluye los servicios de electricidad y agua, de hecho también tienen agua corriente, “pero no es apta para el consumo”, nos dicen.
“Yo no vivo así en mi país, yo tengo una casa, pero no está tan mal. Al final se trata de no gastar mucho y poder mandar a casa todo el dinero posible”, cuenta una trabajadora. Algunos se han asomado al mercado inmobiliario de Mallorca -donde la media del alquiler supera ya los 1.400 euros- y han vuelto horrorizados y aún más resignados. Por un lado, la crisis de la vivienda hace prácticamente imposible plantearse cualquier alternativa. Por otro, para quienes han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen, la “puesta a disposición del trabajador de un alojamiento adecuado” es una de las obligaciones del empresario. . Un alojamiento que debe cumplir, dice el artículo 2, las condiciones de “habitabilidad e higiene adecuadas”. Su cumplimiento, añade, “podrá ser objeto de certificación y/o verificación”. Pero entre la temporada 2023 y la 2024 no hay constancia oficial de que alguien haya inspeccionado las instalaciones de Terracor.
Otro de Vox que se salta la ley a la torera y parece que vive en otra época, porque el retraso es importante, vale, ¿cuál es la noticia? porque ese mamón va a seguir teniendo explotaciones agrícolas aunque sea un esclavista y a pesar de que le pillasen.
#3 deberían darle su participación a los empleados explotados, seguro que con sus méritos y su trabajo duro vuelve a tener una empresa, no me cabe duda, es lo que pregonan.
Sinceramente, esperaba algo mejor. Mis amigos se postularon para otros puestos en España y llegaron antes”, relata otro de los temporeros. Las fotografías que le enviaron cuando él aún estaba en Colombia eran las de un apartamento “normal” compartido. Aquello le animó a dar el paso. Tenía experiencia en el campo y pasar nueve meses en una isla del Mediterráneo no sonaba mal. Su intención era conseguir dinero para poder volver a la Universidad –tuvo que abandonar Medicina por falta de recursos- y ayudar también a su hermana a pagar los estudios. “Al llegar vi que todo era diferente, pero no me planteé irme. En Colombia decimos 'ya que metimos las patas, metamos también el cuerpo”, recuerda.
Él es uno de los chicos de los contenedores. Desde hace meses comparte una caseta prefabricada con otras dos personas. La literatura, la cama, la taquilla y el armario plegable apenas dejan espacio para moverse. La orden del Ministerio señala que “es recomendable” que el “espacio total habitable del dormitorio alcance un mínimo de 3,5 metros cuadrados por persona”. “Me dio vergüenza contárselo a mis amigos. No les envié ninguna foto y sólo les dije que las condiciones no eran muy aptas. A mi madre ni de chiste le cuento”, afirma. Ésa es la confesión más extendida entre sus compañeros: que la familia no sepa, no se preocupe.
Además del suyo, otra media docena de contenedores prefabricados se reparten por el terreno. Incluso la caseta en la que aún cuelga el rótulo de “oficina” aloja ahora a dos trabajadores. En otra se acumulan neveras, hornillos y bombonas de butano en una suerte de segunda cocina. Más alejado, un nuevo módulo hace las veces de baño, según explican, para los chicos senegaleses. Un baño de cortinas raídas, desagües atorados y moho. El infierno en el paraíso del turismo.
La situación de los temporeros de Terracor sale a la luz después de que elDiario.es dedicara un reportaje a los temporeros colombianos que desde hace años llegan a Mallorca para salvar la temporada agrícola ante la falta de mano de obra local . Sólo en los dos últimos años, entre 400 y 500 ciudadanos de este país han desembarcado en la isla de la mano de Unió de Pagesos, Asaja y empresas particulares para dedicarse a la recolección y distribución de frutas y hortalizas. Junto a ellos, recorren los campos y los invernaderos otros tantos trabajadores de Senegal o Rumanía, algunos de ellos con contratos permanentes.
Constituido en 2017, Terracor Grup tiene su sede principal en Manacor, aunque trabaja más de 305 hectáreas tanto en este municipio como en Petra, Felanitx y Porreres. Entre sus principios están el “compromiso muy firme con el respeto por nuestra tierra” y el medio ambiente, y uno de sus eslóganes principales es “democratitzam lo rural per a que tota Mallorca ho disfruti” (“democratizamos lo rural para que toda Mallorca lo disfrute”, en castellano). A través de sus seis marcas, no sólo se dedica al cultivo y comercialización de fruta y verdura, sino que también cuenta con su propio restaurante -con vistas a uno de sus invernaderos- y organiza “experiencias agrícolas y gastronómicas” para locales y turistas.
En 2022 la empresa inauguró su nuevo centro agrícola en la finca de Sa Teulera (Petra), desde donde comercializan hasta 8 millones de kilos de producto local al año. Además de colaborar con diversas entidades públicas y privadas de Mallorca, así como con ONG, en 2021 recibió el premio BBVA a los Mejores Productores Sostenibles.
#24 No lo entiendes, la extrema derecha NECESITA trabajadores en condiciones de semiesclavitud, por eso restringen más y más las condiciones legales. A más ilegales, más rollo inmigración ilegal y más presión para seguir reduciendo derechos de trabajadores.
Si a todo aquel que entrara en el país se le diera estatus de legalidad, ya no podrían competir por bajo sueldo con el resto de trabajadores nacionales.
Pero para eso hay que echar a la derecha del poder, PSOE y sumar incluídos.
#25 Si lo entiendo, lo entiendo desde hace mas tiempo que tu. Lo que digo es que tienen que haber una represion mayor sobre la inmigracion ilegal. Y sobre la gente que los emplea. Yo mismo ayude a una seniora a conseguir residencia en Espania porque la di de alta en la seguridad social porque curraba para mi y si yo quiero que me traten bien, voy a hacer lo mismo.
Este problema es de gente que esta siendo explotada en condiciones muy jodidas, ese es el tema que tienes que reprimir esa contratacion: para que no haya empresarios que se aprovechen de ello y para que no haya gente explotada. Si no pueden trabajar porque no hay puestos de trabajo para ellos/as, pues no pueden residir en Espania.
El esclavismo en España en el Silgo XXI. Por eso todos los soplapollas de bocs se merecen palizas diarias hasta que se disuelvan y se investigue absolutamente a todos los que les financian. Y expropiaciones sanísimas para la democracia.
Todas y cada una de las hostias que reciban los soplapollas de bocs, no es que sean procedentes, es que son insuficientes. Porque al fascismo no se le discute, se le combate.
#13 Es que no tiene que haber ilegales trabajando. Si no hay curro, no tienen que estar en Espania, punto. Para eso sirve luchar contra la inmigracion ilegal, para que estas personas no sean explotadas en Espania.
Espero que les caiga un buen paquete. Criminalizan la inmigración mientras abusan de los inmigrantes. Lo sangrante del asunto es que estos autoproclamados españoles patriotas no saben lo que es ser español, y tener que emigrar para poder comer porque ellos dejaron el país en la miseria. Vox es la antiespaña.
"Ay, porqué recalcan que es de VOX. es injusto..."
Pues sí que es importante recalcar que es de VOX, porque tanto que dan la matraca contra la inmigración ilegal, pero no de la verdadera razón por la que vienen los inmigrantes, del verdadero "efecto llamada": el trabajo. Si los inmigrantes saben que no van a conseguir trabajo una vez lleguen aquí, no vendrán. Pero a pesar de los discursos xenófobos, saben que tendrán trabajo, porque los mismos que sueltan esos discursos de odio son los que se encargan de darles trabajo una vez han llegado.
Nunca hablan de prohibir dar trabajo a inmigrantes ilegales, es más, lo justifican: "Es que si no les dieran trabajo estarían por la calle robando o violando" como han hecho en el caso de Nacho Cano, que ha hecho el trabajo de las mafias de tráfico ilegal de personas él mismo y es amigo de Ayuso, que tiene el mismo discurso anti inmigración que VOX.
Nunca hablan de realizar inspecciones laborales y meterles un puro a los que den trabajo a ilegales.
El mayor incentivo que tienen los empresarios para dar trabajo a inmigrantes ilegales es su desprotección, a más desprotegidos, peores condiciones y a peores condiciones mayores beneficios.
Dicen que "la izquierda no entiende el gran problema que es la inmigración ilegal", pero muchos de izquierdas lo entendemos igual o mejor que los que gritan tanto, porque entendemos que se trata de un problema complejo y que nos afecta a todos en varios aspectos. Y como problema complejo que es, las soluciones son complejas y hay que plantearlas con inteligencia y una visión holística y a largo plazo, respetando siempre los derechos de las personas.
Otros, los empresarios de coca-cola, los de las grandes inmobiliarias, los de los grandes bancos, los grandes tenedores, los grandes terratenientes, los grandes del sector agroalimentario, los grandes del sector servicios... dicen que es un problema grande, pero sencillo de solucionar: basta con dejar a los inmigrantes tan desprotegidos como se pueda, dejarlos sin derechos de ningún tipo, realizar expulsiones masivas sin control alguno, si mueren unos pocos, o unos muchos, "son cosas que pasan".
Y una vez están aquí, como no tienen derechos, solo el de ser expulsados de inmediato de cualquier manera y si se mueren en el proceso, sean hombres, mujeres, ancianos, niños o bebés, "pues se murieron, qué le haremos", cualquiera puede aprovecharse de ellos, en especial los empresarios que, tan "liberales" ellos, no quieren que el estado "les robe" y tener que pagar un sueldo digno, seguridad social, etc.. y encima tener que darles vacaciones, horarios de 8 horas y otras prebendas "comunistas". La inmigración ilegal supone al gran empresario la oportunidad de llevar a cabo el paraíso neoliberal y forrarse bien forrados, sin todas las patrañas de la socialdemocracia.
Nos venden que son "las élites" las que defienden la inmigración, pero qué "élites"? La CGT es élite? Las asociaciones contra el racismo y la xenofobia son élite?
Las empresas que ponen anuncios "woke"? Esas pondrán lo que sea "oficial" y ya. Les da igual.
Ah, la ONU, la Comunidad Europea, esas son las élites, verdad? pero porqué defienden esos valores? no podría ser porque hubo cierto país que defendía justo lo contrario y puso en peligro todo el continente? Porque ese tipo de ideas llevaron casi al abismo a toda Europa, porque en nombre de esas ideas se cometieron genocidios y crímenes contra la humanidad y a partir de entonces hubo al menos una generación que dijo "nunca más"? Con la aparición de nuevas generaciones alejadas en el tiempo, estas ideas vuelven a resurgir.
#11 Bueno, con esto se puede intuir la respuesta: Por otro, para quienes han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen, la “puesta a disposición del trabajador de un alojamiento adecuado” es una de las obligaciones del empresario. . Un alojamiento que debe cumplir, dice el artículo 2, las condiciones de “habitabilidad e higiene adecuadas”. Su cumplimiento, añade, “podrá ser objeto de certificación y/o verificación”. Pero entre la temporada 2023 y la 2024 no hay constancia oficial de que alguien haya inspeccionado las instalaciones de Terracor.
Parece que el lo de ser objeto de verificación y certificación, lo pusieron de adorno.
Esto es una persecución del gobierno por que seguro que ese líder de vox es amigo de la lideresa. Los criminales son la policía que lo investigue, y si ese líder de vox aparece en una cuneta ya sabemos quien ha sido.
Aquí los hemos visto en casas en ruínas perdidas por en medio del campo. Las jornadas son de sol a sol y el agua la tienen racionada porque si no pierden tiempo meando. Las condiciones son de pura y dura esclavitud, y por supuesto, sus empleadores están todos con Vox en el pueblo correspondiente. El día de las elecciones con su cartel de "Apoderados", muy centrados en ver quienes no cogían papeletas de las suyas. No sé ni como llamarlos, cualquier insulto y desprecio se queda corto. Miserables se lo dejo a quienes tendrían la obligación de controlar, denunciar y evitar estas situaciones pero miran para otro lado.
Info relacionada: https://www.inclusion.gob.es/ca/w/elma-saiz-delgado han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen
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Los ultracatolicos que han venido a salvar España de los comunistas y la invasión silenciosa musulmana.
Resultan ser esclavistas!!!!
“Sé que me puede perjudicar porque igual no dan una buena referencia de mí y el año que viene… Pero quiero que se dé a conocer la realidad, que las nuevas personas que vengan no tengan que estrellarse contra el muro con el que nos damos nosotros ”, asume Fernando. Su nombre es falso porque, de otra forma, su historia no podría contarse. La historia de las condiciones en las que viven y trabajan los temporeros de Terracor que han contado su vivencia a elDiario.es. Este conglomerado mallorquín está formado por seis empresas dedicadas al cultivo y venta de frutas y verduras. En su organigrama figuran cinco socios. Uno de ellos, el secretario general de Vox en Balears y el conseller del Consell de Mallorca, Toni Gili.
A 8.000 kilómetros de su país y sin más contactos que sus propios compañeros, la mayoría se sienten atrapados en un panorama que no saben muy bien cómo resolver. “Algunos hemos pedido un aumento de sueldo que se nos ha denegado, y también hemos hablado con asociaciones de colombianos aquí para que nos puedan echar una mano, pero por el momento no ha habido ninguna mejora”, afirma otro de los afectados.
La realidad que explican los temporeros de Terracor es que las condiciones no son halagüeñas: según su versión, su salario ronda los 6 euros la hora y en sus jornadas lo “normal” es que trabajan doce horas. En el cuadrante del mes de mayo que uno de los empleados muestra a elDiario.es figuran también jornadas de 13, 14 e incluso 17 horas. En las nóminas consultadas no aparecen horas extra remuneradas.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos, a través de su Secretaría de Estado de Migraciones, ha accionado. En coordinación con la Delegación del Gobierno en Balears, ha localizado a la empresa y, una vez realizado este trámite, ha notificado la denuncia a Inspección de Trabajo para que acuda y realice la visita pertinente de cara a, en su caso, depurar responsabilidades.
elDiario.es ha intentado ponerse en contacto con Toni Gili antes de la publicación de este reportaje, pero el político ha derivado la consulta a la responsable de comunicación del grupo, quien ha especificado que el año pasado la empresa superó una inspección en los alojamientos de los temporeros, pero no ha sabido concretar qué organismo se encargó de dicha inspección ni cuáles fueron las instalaciones revisadas. “Los trabajadores no tienen ningún lujo, es cierto, pero cumplimos la normativa”, añade esta persona. Tampoco ha podido proporcionar información sobre las condiciones laborales ni las jornadas de trabajo actuales de los empleados. “El problema en Balears es que coincide la temporada alta turística con la agrícola y eso hace que la competencia por los trabajadores sea muy fuerte”, explicaba en un reportaje anterior Gili , ingeniero técnico agrícola y responsable de Innovación y Producción de la compañía.
Alojamiento precario y sin higiene.
A mediodía, el sol de agosto cae a plomo sobre la carretera de Manacor. Una recta casi infinita de asfalto flanqueada por campos en los que destaca un invernadero blanco con el logo de Terracor. Debajo, una frase: “Agricultura de aquí, del día”. Lo que se levanta detrás -uno diría que estratégicamente escondida- es precisamente una de las dos instalaciones en las que la empresa aloja a sus temporeros. “La primera vez que vine, hace ya casi veinte años, sí me sorprendí. Ahora ya…”, reconoce uno de los trabajadores antes de encogerse de hombros.
Entre invernaderos de hortalizas y plantas aromáticas se levanta una gran nave de piedra. En el lateral el hueco del antiguo portón da paso a una suerte de salón tan precario como los suelos y paredes sin acabar. Más al fondo, sobre un suelo ya embaldosado, se llega a la cocina ya la sucesión de fogones y estantes que guardan la comida y enseres de las 28 personas que viven aquí. Algunas, trabajadoras permanentes de la empresa.
Las habitaciones están del otro lado, donde la nave adquiere más el aspecto de una antigua casa mallorquina de campo y conserva aún parte del encalado de sus paredes. Allí donde había espacio se ha colocado una cama. Incluso en el antiguo salón. Las habitaciones compartidas se suceden a uno y otro lado. Algunas con la puerta abierta porque es la única ventilación que tienen, otras con las ventanas tapiadas por paneles de madera. En una de ellas aún duermen quienes han cubierto el turno nocturno: desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana para preparar los pedidos de los hoteles.
Todo el conjunto tiene un aspecto destartalado. Los socios de la empresa lo conocen bien. Hace apenas veinte minutos que Toni Gili se ha marchado. Los cables cuelgan de las vigas, las columnas que sostienen el inmenso porche están agrietadas y carcomidas. Bajo su techo conviven lavadoras, sillas, extintores y carteles que indican que está prohibido fumar. Aquí y allá se acumulan cajas vacías de fruta, bidones de Repsol y garrafas con los productos utilizados en los invernaderos, algunos de los cuales son a escasos metros de las habitaciones. Además de la decena de sacos de basura amontonados junto al muro exterior, otro de los espacios en peor estado es un cobertizo en el que también se ha habilitado un dormitorio junto a una maraña de cables, tuberías, mangueras y hierros de más de un metro. de altura.
“Cuando nos contratan nos dicen que tendremos alojamiento, pero no cómo será. Luego cuando llegas tampoco eliges si en la casa o en los contenedores, pero todos pagamos lo mismo: 80 euros al mes”, cuenta estás uno de los temporeros. Una cantidad que la empresa les descuenta directamente de la nómina y que le supone unos ingresos mensuales de 2.240 euros sólo con estas instalaciones. También incluye los servicios de electricidad y agua, de hecho también tienen agua corriente, “pero no es apta para el consumo”, nos dicen.
“Yo no vivo así en mi país, yo tengo una casa, pero no está tan mal. Al final se trata de no gastar mucho y poder mandar a casa todo el dinero posible”, cuenta una trabajadora. Algunos se han asomado al mercado inmobiliario de Mallorca -donde la media del alquiler supera ya los 1.400 euros- y han vuelto horrorizados y aún más resignados. Por un lado, la crisis de la vivienda hace prácticamente imposible plantearse cualquier alternativa. Por otro, para quienes han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen, la “puesta a disposición del trabajador de un alojamiento adecuado” es una de las obligaciones del empresario. . Un alojamiento que debe cumplir, dice el artículo 2, las condiciones de “habitabilidad e higiene adecuadas”. Su cumplimiento, añade, “podrá ser objeto de certificación y/o verificación”. Pero entre la temporada 2023 y la 2024 no hay constancia oficial de que alguien haya inspeccionado las instalaciones de Terracor.
#2
Hombre, un "media jornada" son de 12 a 90 horas diarias, tirando mas a 190
Otro de Vox que se salta la ley a la torera y parece que vive en otra época, porque el retraso es importante, vale, ¿cuál es la noticia? porque ese mamón va a seguir teniendo explotaciones agrícolas aunque sea un esclavista y a pesar de que le pillasen.
#3 deberían darle su participación a los empleados explotados, seguro que con sus méritos y su trabajo duro vuelve a tener una empresa, no me cabe duda, es lo que pregonan.
Siempre que ocurre algo así, alguien del PP o VOX está detrás.
Sinceramente, esperaba algo mejor. Mis amigos se postularon para otros puestos en España y llegaron antes”, relata otro de los temporeros. Las fotografías que le enviaron cuando él aún estaba en Colombia eran las de un apartamento “normal” compartido. Aquello le animó a dar el paso. Tenía experiencia en el campo y pasar nueve meses en una isla del Mediterráneo no sonaba mal. Su intención era conseguir dinero para poder volver a la Universidad –tuvo que abandonar Medicina por falta de recursos- y ayudar también a su hermana a pagar los estudios. “Al llegar vi que todo era diferente, pero no me planteé irme. En Colombia decimos 'ya que metimos las patas, metamos también el cuerpo”, recuerda.
Él es uno de los chicos de los contenedores. Desde hace meses comparte una caseta prefabricada con otras dos personas. La literatura, la cama, la taquilla y el armario plegable apenas dejan espacio para moverse. La orden del Ministerio señala que “es recomendable” que el “espacio total habitable del dormitorio alcance un mínimo de 3,5 metros cuadrados por persona”. “Me dio vergüenza contárselo a mis amigos. No les envié ninguna foto y sólo les dije que las condiciones no eran muy aptas. A mi madre ni de chiste le cuento”, afirma. Ésa es la confesión más extendida entre sus compañeros: que la familia no sepa, no se preocupe.
Además del suyo, otra media docena de contenedores prefabricados se reparten por el terreno. Incluso la caseta en la que aún cuelga el rótulo de “oficina” aloja ahora a dos trabajadores. En otra se acumulan neveras, hornillos y bombonas de butano en una suerte de segunda cocina. Más alejado, un nuevo módulo hace las veces de baño, según explican, para los chicos senegaleses. Un baño de cortinas raídas, desagües atorados y moho. El infierno en el paraíso del turismo.
La situación de los temporeros de Terracor sale a la luz después de que elDiario.es dedicara un reportaje a los temporeros colombianos que desde hace años llegan a Mallorca para salvar la temporada agrícola ante la falta de mano de obra local . Sólo en los dos últimos años, entre 400 y 500 ciudadanos de este país han desembarcado en la isla de la mano de Unió de Pagesos, Asaja y empresas particulares para dedicarse a la recolección y distribución de frutas y hortalizas. Junto a ellos, recorren los campos y los invernaderos otros tantos trabajadores de Senegal o Rumanía, algunos de ellos con contratos permanentes.
Constituido en 2017, Terracor Grup tiene su sede principal en Manacor, aunque trabaja más de 305 hectáreas tanto en este municipio como en Petra, Felanitx y Porreres. Entre sus principios están el “compromiso muy firme con el respeto por nuestra tierra” y el medio ambiente, y uno de sus eslóganes principales es “democratitzam lo rural per a que tota Mallorca ho disfruti” (“democratizamos lo rural para que toda Mallorca lo disfrute”, en castellano). A través de sus seis marcas, no sólo se dedica al cultivo y comercialización de fruta y verdura, sino que también cuenta con su propio restaurante -con vistas a uno de sus invernaderos- y organiza “experiencias agrícolas y gastronómicas” para locales y turistas.
En 2022 la empresa inauguró su nuevo centro agrícola en la finca de Sa Teulera (Petra), desde donde comercializan hasta 8 millones de kilos de producto local al año. Además de colaborar con diversas entidades públicas y privadas de Mallorca, así como con ONG, en 2021 recibió el premio BBVA a los Mejores Productores Sostenibles.
Cómo era eso de que el empresario crea riqueza??
#8 Para el, solo para el.
#8 Se te ha caído el posesivo.
El empresario crea "su" riqueza.
La España que madruga...
#24 No lo entiendes, la extrema derecha NECESITA trabajadores en condiciones de semiesclavitud, por eso restringen más y más las condiciones legales. A más ilegales, más rollo inmigración ilegal y más presión para seguir reduciendo derechos de trabajadores.
Si a todo aquel que entrara en el país se le diera estatus de legalidad, ya no podrían competir por bajo sueldo con el resto de trabajadores nacionales.
Pero para eso hay que echar a la derecha del poder, PSOE y sumar incluídos.
#25 Si lo entiendo, lo entiendo desde hace mas tiempo que tu. Lo que digo es que tienen que haber una represion mayor sobre la inmigracion ilegal. Y sobre la gente que los emplea. Yo mismo ayude a una seniora a conseguir residencia en Espania porque la di de alta en la seguridad social porque curraba para mi y si yo quiero que me traten bien, voy a hacer lo mismo.
Este problema es de gente que esta siendo explotada en condiciones muy jodidas, ese es el tema que tienes que reprimir esa contratacion: para que no haya empresarios que se aprovechen de ello y para que no haya gente explotada. Si no pueden trabajar porque no hay puestos de trabajo para ellos/as, pues no pueden residir en Espania.
El esclavismo en España en el Silgo XXI. Por eso todos los soplapollas de bocs se merecen palizas diarias hasta que se disuelvan y se investigue absolutamente a todos los que les financian. Y expropiaciones sanísimas para la democracia.
Todas y cada una de las hostias que reciban los soplapollas de bocs, no es que sean procedentes, es que son insuficientes. Porque al fascismo no se le discute, se le combate.
Cuantas más trabas administrativas a los inmigrantes para que tengan que hacerse ilegales, más los pueden explotar los señoritos de la ultraderecha.
#13 Es que no tiene que haber ilegales trabajando. Si no hay curro, no tienen que estar en Espania, punto. Para eso sirve luchar contra la inmigracion ilegal, para que estas personas no sean explotadas en Espania.
Espero que les caiga un buen paquete. Criminalizan la inmigración mientras abusan de los inmigrantes. Lo sangrante del asunto es que estos autoproclamados españoles patriotas no saben lo que es ser español, y tener que emigrar para poder comer porque ellos dejaron el país en la miseria. Vox es la antiespaña.
"Ay, porqué recalcan que es de VOX. es injusto..."
Pues sí que es importante recalcar que es de VOX, porque tanto que dan la matraca contra la inmigración ilegal, pero no de la verdadera razón por la que vienen los inmigrantes, del verdadero "efecto llamada": el trabajo. Si los inmigrantes saben que no van a conseguir trabajo una vez lleguen aquí, no vendrán. Pero a pesar de los discursos xenófobos, saben que tendrán trabajo, porque los mismos que sueltan esos discursos de odio son los que se encargan de darles trabajo una vez han llegado.
Nunca hablan de prohibir dar trabajo a inmigrantes ilegales, es más, lo justifican: "Es que si no les dieran trabajo estarían por la calle robando o violando" como han hecho en el caso de Nacho Cano, que ha hecho el trabajo de las mafias de tráfico ilegal de personas él mismo y es amigo de Ayuso, que tiene el mismo discurso anti inmigración que VOX.
Nunca hablan de realizar inspecciones laborales y meterles un puro a los que den trabajo a ilegales.
El mayor incentivo que tienen los empresarios para dar trabajo a inmigrantes ilegales es su desprotección, a más desprotegidos, peores condiciones y a peores condiciones mayores beneficios.
Dicen que "la izquierda no entiende el gran problema que es la inmigración ilegal", pero muchos de izquierdas lo entendemos igual o mejor que los que gritan tanto, porque entendemos que se trata de un problema complejo y que nos afecta a todos en varios aspectos. Y como problema complejo que es, las soluciones son complejas y hay que plantearlas con inteligencia y una visión holística y a largo plazo, respetando siempre los derechos de las personas.
Otros, los empresarios de coca-cola, los de las grandes inmobiliarias, los de los grandes bancos, los grandes tenedores, los grandes terratenientes, los grandes del sector agroalimentario, los grandes del sector servicios... dicen que es un problema grande, pero sencillo de solucionar: basta con dejar a los inmigrantes tan desprotegidos como se pueda, dejarlos sin derechos de ningún tipo, realizar expulsiones masivas sin control alguno, si mueren unos pocos, o unos muchos, "son cosas que pasan".
Y una vez están aquí, como no tienen derechos, solo el de ser expulsados de inmediato de cualquier manera y si se mueren en el proceso, sean hombres, mujeres, ancianos, niños o bebés, "pues se murieron, qué le haremos", cualquiera puede aprovecharse de ellos, en especial los empresarios que, tan "liberales" ellos, no quieren que el estado "les robe" y tener que pagar un sueldo digno, seguridad social, etc.. y encima tener que darles vacaciones, horarios de 8 horas y otras prebendas "comunistas". La inmigración ilegal supone al gran empresario la oportunidad de llevar a cabo el paraíso neoliberal y forrarse bien forrados, sin todas las patrañas de la socialdemocracia.
Nos venden que son "las élites" las que defienden la inmigración, pero qué "élites"? La CGT es élite? Las asociaciones contra el racismo y la xenofobia son élite?
Las empresas que ponen anuncios "woke"? Esas pondrán lo que sea "oficial" y ya. Les da igual.
Ah, la ONU, la Comunidad Europea, esas son las élites, verdad? pero porqué defienden esos valores? no podría ser porque hubo cierto país que defendía justo lo contrario y puso en peligro todo el continente? Porque ese tipo de ideas llevaron casi al abismo a toda Europa, porque en nombre de esas ideas se cometieron genocidios y crímenes contra la humanidad y a partir de entonces hubo al menos una generación que dijo "nunca más"? Con la aparición de nuevas generaciones alejadas en el tiempo, estas ideas vuelven a resurgir.
Espero que ahora inspección de trabajo haga algo que no sea afinarlo.
#11 Bueno, con esto se puede intuir la respuesta:
Por otro, para quienes han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen, la “puesta a disposición del trabajador de un alojamiento adecuado” es una de las obligaciones del empresario. . Un alojamiento que debe cumplir, dice el artículo 2, las condiciones de “habitabilidad e higiene adecuadas”. Su cumplimiento, añade, “podrá ser objeto de certificación y/o verificación”. Pero entre la temporada 2023 y la 2024 no hay constancia oficial de que alguien haya inspeccionado las instalaciones de Terracor.
Parece que el lo de ser objeto de verificación y certificación, lo pusieron de adorno.
¿No van a desalojar la finca? 38 personas en una vivienda y sin agua potable...
¿Contratan a extranjeros que roban el trabajo a los españoles? Muy en contra de lo que Vox profesa, ¿no?
Esto es una persecución del gobierno por que seguro que ese líder de vox es amigo de la lideresa. Los criminales son la policía que lo investigue, y si ese líder de vox aparece en una cuneta ya sabemos quien ha sido.
Sin embargo algo así no lo tendremos en las noticias día si y día también. No es pablo iglesias haciendo... Yo que sé.... Sacándose un moco.
Siempre igual, los extranjeros a su casa, pero si yo lo esclavizó me lo quedo
Pues denuncia.
Le gusta la fruta al muy Gili. Otr de la caspanya más mendruga.
Ohhhh he entrado confundido en una sauna gay y me han ....
Ohhhh.. lo contrario
Evidentment no puedo vivir como un murciano.... Pero si simular ser pobre ... Y ahí estamoz
Aquí los hemos visto en casas en ruínas perdidas por en medio del campo. Las jornadas son de sol a sol y el agua la tienen racionada porque si no pierden tiempo meando. Las condiciones son de pura y dura esclavitud, y por supuesto, sus empleadores están todos con Vox en el pueblo correspondiente. El día de las elecciones con su cartel de "Apoderados", muy centrados en ver quienes no cogían papeletas de las suyas. No sé ni como llamarlos, cualquier insulto y desprecio se queda corto. Miserables se lo dejo a quienes tendrían la obligación de controlar, denunciar y evitar estas situaciones pero miran para otro lado.
Joder.
Yo hago 5+1+3... Oficialmente.
Realmente 4+0.30.2.30...
Los demás, si no habláis de ser mu pijos.... Reclamad
Lo importante de esta noticia es recalcar que es de VOX.
Conozco muchos casos similares de gente de todos los partidos.
Esto es un caso de un cabrón
No era un partido que creía en las buenas costumbres cristianas
Info relacionada:
https://www.inclusion.gob.es/ca/w/elma-saiz-delgado
han llegado amparados por la orden del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que regula la gestión colectiva de contrataciones en origen
Un empresario consecuente con su ideología. Por fin.