El Gobierno aprobó en julio el desmantelamiento, que se realizará en 2 fases a terminar en 2033, tras 52 años de funcionamiento. De las 2 fases, la primera, ya autorizada, hasta 2026 será el desmantelamiento del edificio de turbina, la preparación de la futura gestión de residuos, y el traslado del combustible gastado al almacén temporal de la central. La siguiente, con el derribo del resto de edificios y la patata caliente del traslado de los residuos, no está todavía firmada. Costará 475 millones y ocupará a entre 200 y 300 trabajadores
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