En el Museo de las Reglas de Cálculo tienen un completísimo
curso sobre cómo usar una regla de cálculo para quienes sientan interés por cómo funcionaban estos antiguos aparatos analógicos. Construidas en madera o plástico, con cientos de marcas dibujadas con precisión, un parte deslizante y un hilo indicador —las más sencillas— permitían realizar cálculos complejos de manera rápida y bastante aproximada: multiplicaciones con decimales, divisiones, raíces cuadradas, trigonometría…