La innovación en la que se sustenta gran parte del crecimiento económico en las sociedades capitalistas depende en gran parte de los conocimientos científicos que se generan. Estos conocimientos son obligatoriamente libres mientras que los productos que se derivan de dichos conocimientos pueden ser patentados. Sólo gracias a que el conocimiento científico es libre la adición a ese conocimiento de pequeñas aportaciones secretas permite enormes ganancias privadas. Ese es el comunismo científico en el que se sustenta buena parte del capitalismo.