Podría ser uno de los mayores epic fails de la inteligencia rusa en mucho tiempo, quizás en toda su historia. Y es que parece que el satélite militar Kosmos 2495 no aterrizó en Rusia el pasado día 2 de septiembre tal y como estaba previsto, sino que se desintegró sobre los cielos de Estados Unidos. El incidente no pasaría de ser una anécdota un tanto bochornosa si no fuera porque el cacharro en cuestión era en realidad el satélite espía Kobalt M-9, lanzado el pasado 6 de mayo.
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