A Poppy no se le movieron ni las manchas, eso sí, quedó bastante dolorido. El animal logró sobrevivir a una caída de nada más y nada menos que 30 metros de altura. Ocurrió en Devon, uno de los condados más grandes de Inglaterra, un área rural donde también hay unas bonitas playas, no demasiado concurridas. Precisamente, el perrito se precipitó por un acantilado. Cayó mientras perseguía conejos, cuando paseaba con Lesley Blackburn, de 36 años de edad, hija de su dueño.
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