Todos nos hemos quedado alguna vez con los ojos como platos ante una foto que parece un ‘fake’ como un castillo y acaba siendo una instantánea tan pura y virginal como un ‘selfie’ de Instagram con la etiqueta
#nofilter. Es el caso de esta serie de prodigios visuales fruto del don de la oportunidad del cámara, el sútil engaño de las ilusiones ópticas o la faceta más trol de la madre naturaleza.Mucho ojito, que aquí no hay trampa ni cartón.