Mi hermana Marcela había estado llorando, vino corriendo, me abrazó y me dijo: Ya no puedo soportarlo más, voy a vibrar. Todo tenía que ver con un medicamento para la depresión llamado Vibr. Antidepresivo, ansiolítico, efecto neurotóxico, degeneración neuronal contrastada, alta adictividad, síndrome de abstinencia, mortal en pocos años. No quita la depresión, te convierte en un zombi. Los vibrantes no lucharían por nada. Y entonces pasó: el Gobierno presentó una Ley sobre el consumo obligatorio de sustancias reguladoras del comportamiento...
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