“En casa no me dejaban. Me tuve que ir a un estudio de ballet donde yo era el único niño, todas eran niñas”, recordaba. “Cuando salía me tenía que poner las mallas y las zapatillas a escondidas porque los niños de mi colegio me llamaban marica, eso es para niñas”, decía con la voz entrecortada. “Mi padre en toda mi carrera creo que ha venido a bailar cuatro veces." “Qué suerte que hayas nacido en una España libre, una España democrática, y no la que me tocó vivir a mí”
|
etiquetas: nacho duato , alegato , prodigios , danza , democracia