Degradada de su cargo por negarse a cumplir con una ilegalidad. En esa tesitura se encontró hace dos años una alta funcionaria de la Agencia Tributaria, a la cual sus superiores despojaron de responsabilidades como castigo por negarse a incumplir, paradójicamente, con sus obligaciones. Esto es, reembolsar al contribuyente los fondos "excesivos" que Hacienda, en ocasiones, cobra de más a los ciudadanos y que por ley deben ser devueltos en cuanto se detecte el cobro extraordinario.
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