Las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de la información olfativa son los primeros lugares en los que aparecen las características patológicas de las enfermedades neurodegenerativas, y se conectan con las regiones cerebrales adyacentes implicadas en la memoria y la atención. Diferentes estudios han hallado una asociación entre el deterioro olfativo y la futura vulnerabilidad neurológica. Cada vez hay más pruebas de que la señalización neuroinflamatoria en el cerebro es un factor clave de las enfermedades neurodegenerativas.