Los dos trabajadores fueron enviados al interior del horno industrial sólo dos horas después de haber cocido pan a 260ºC pues los directivos decidieron que podían entrar por la escotilla de entrada para evitar el coste del desmontaje de los paneles laterales. "A los cinco minutos enviaban aterradores mensajes a través de sus walkie-talkies, explicando que el horno estaba muy caliente, pero ya no había manera de revertir la cinta transportadora y quedaron atrapados en su agónico viaje hacia el interior del horno, donde murieron". En inglés
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