El consumo excesivo de carbohidratos refinados (especialmente el azúcar) y la carga glicémica resultante puede sobrecargar los mecanismos hepáticos que regulan los niveles de glucosa en sangre del cuerpo. Se está acumulando evidencia acerca del uso de dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas para la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. Desafortunadamente, con excepción de Brasil, ha habido poco cambio a las pautas dietéticas de cualquier nación, que continúan recomendando una dieta baja
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