La conversión de la institución ferial y de muestras de Madrid en un hospital fue un acto de propaganda a cielo abierto durante los días más duros de la pandemia del Covid19. En lugar de abrir alas vacías de los hospitales privatizados construidos por Esperanza Aguirre, cuya apertura estaba prevista para 2017, con capacidad para 400 camas y de contratar más personal, que eran las necesidades que tenía el sistema, el PP prefirió abrir un mastodóntico recinto sanitario para tratar de copiar el modelo grandilocuente chino y vender horas y horas de