Es muy difícil, por ejemplo, dentro de la religión, dejar de ser musulmana. Ni siquiera es una opción. La posibilidad de que una persona nazca en una familia musulmana y deje por voluntad propia la religión porque se ha sometido a un proceso de estudio, reflexión y revelación personal –como es mi caso– es imposible. Eso, en España. En nuestros países de origen es delito. En Marruecos no se puede dejar de ser musulmana.
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