Y ahora se quieren aumentar los años de trabajo y la jornada. Pero ¿qué disparate es este? ¿Y de qué han servido las máquinas? ¿Para trabajar más? Es una vergüenza. El trabajo está sacralizado por la Iglesia y los dueños de las fábricas. Incluso ahora, que hay paro, no hay que olvidar que el trabajo es malo.
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