Cuando coges un puñado de caramelos estando con más personas, tienes dos opciones, o quedarte con todos, o si eres generoso compartirlos. Si tu decisión es la segunda ¿estás dispuesto a sufrir las consecuencias? Claro está que por educación tú no vas a escoger el primero sino que das a elegir al resto. Cuando los repartes eres consciente de que te gustaría comer el de fresa o el de mora con esos colores tan llamativos y nunca el de menta que te agrada mucho menos. Pero ves que están eligiendo todos los que te gustan...
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