Un oficial de las fuerzas israelíes se comunica telefónicamente con la familia para decir que la muchacha se encontraba con ellos en una de las viviendas que habían ocupado. “Vengan a buscarla, ella está sana y salva” agrega el militar. La familia se alegra y uno de los hermanos decide salir de la casa donde estaban refugiados con la intención de recoger a la muchacha. Al abrir la puerta, múltiples disparos de las fuerzas de ocupación empiezan a impactar la vivienda. El macabro “juego” sionista se repite, llaman otra vez para decirle
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