La promesa de que los trabajadores no pagarán los platos rotos de una crisis de la que no son responsables puede parecer un brindis al sol. Pero algunos países europeos la han hecho realidad. El caso holandés es el más llamativo: el PIB se contrajo en el 2009 un 4,5%, frente al 3,7% de España. Pero mientras el paro español se disparaba al 20%, ellos se mantenía en el 4%. Los especialistas también destacan que el éxito holandés se basa en haber convertido en cuestión de Estado el pacto social sobre el trabajo.
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